Blanca García Álvarez

De aquí y de allí

Blanca García Álvarez


Bombardeo de información

17/11/2022

Tengo un máster en Seguridad Europea pero veo tanto 'experto' que soy incapaz de aportar sobre mi especialización porque no quiero seguir sumando a un ruido que se me hace atronador.

Les podría explicar que el art. 5 del Tratado de la OTAN establece que cualquier ataque armado al territorio de los Estados parte será considerado contra todos. Aclarar que no es automático y a qué espacios concretos afecta. Que Ceuta, Melilla y Canarias no están incluidos pero Polonia, sí.

Después de años de estudio no les podría confirmar si estamos a las puertas de una escalada de violencia o ante otra jornada que olvidaremos con el hecho histórico que toque mañana. No lo sé. Tampoco sé más que lo básico del delito de sedición, o del de malversación. Ni tengo la más mínima idea sobre la eficacia de la 'telemedicina', de las mascarillas o de la inteligencia artificial.

No es un grito en pro de la ignorancia sino en contra de la tendencia a que el ciudadano medio tenga que ser catedrático en todas las materias y a que el experto lo sea en todo. Nos exigimos un conocimiento académico mientras no somos capaces de compartir datos objetivos. «Se ha roto el consenso sobre la realidad», decía Pepa Bueno con otras palabras esta semana.

Un ejemplo: en la manifestación a favor de la Sanidad participaron 670.000 personas según la organización, 200.000 según la Delegación del Gobierno y, según el portavoz del PP en la Asamblea, «un 99% de madrileños» se quedaron en casa. El cálculo sale a 66.000 participantes. En una misma jornada podrían haber participado o las poblaciones completas de Valladolid (299.000), Burgos (176.000), Salamanca (144.000) y Soria (40.000) juntas o las de Miranda y Aranda (68.000 en común). El margen es, cuánto menos, amplio.

No nos ponemos de acuerdo en cuánta gente hay en una calle, cómo vamos a saber qué le falta a nuestro sistema sanitario o al Código Civil.

Se nos piden decisiones sin datos, haciéndonos vivir una realidad paralela a la del vecino, que marea, confronta y separa. Debemos saber sobre misiles, volcanes, exhumaciones y mundiales de fútbol, mientras en nuestros pueblos no hay sediciones pero tampoco médicos.