El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Briviesca apuesta por sacar adelante -después de ocho años desde que comenzara la rehabilitación del edificio- el proyecto de construcción de un teatro en la Casa Salamanca. La prioridad absoluta para el grupo municipal socialista se centra en la redacción de un proyecto modificado, con el fin de corregir algunos puntos del antiguo, como ampliar el número de localidades planteadas en un principio hasta las 500 y así «adherirnos a la Red Española de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales de titularidad pública, y poder ofrecer al espectador obras importantes subvencionadas», declara el alcalde, Álvaro Morales.
El ambicioso proyecto, «demasiado para un municipio como este», según el regidor y sus ediles, aprobado en junio de 2009 y redactado por el arquitecto Francisco Peña Bayo, preveía la construcción de un teatro de 2.115 metros cuadrados de superficie total con un aforo para 464 personas que se repartiría entre platea, anfiteatro, palco y preferente, y un acceso principal en la calle Santa María Encimera. En el interior se planificó construir camerinos, ambigú, guardarropa, salas de ensayos y despachos. El trabajo de construcción y consolidación de la estructura se ejecutó con una inversión de unos 2,5 millones de euros y para que el exterior luzca en su plenitud solo faltan los cerramientos de carpintería de las ventanas.
El actual equipo de gobierno se ha propuesto «dejar encaminadas las obras, ya sea a base de solicitar un crédito o de recibir ayudas de las administraciones públicas» y ha solicitado la retirada del vallado que rodea el lateral del edificio, que se encuentra en plazo de garantía y aún no se ha devuelto a la empresa constructora porque existe alguna deficiencia que debe solventar. También buscan soluciones para controlar el agua que cae por el ala sur y que provoca ligeros daños en la pared.
Imagen de la imponente caja escénica del futuro teatro de Briviesca. - Foto: S.F.L.Asimismo, la concejalía de Cultura briviescana con el apoyo incondicional de la alcaldía ha abierto las puertas de la casa que más ha dado que hablar en la ciudad en los últimos años a Diario de Burgos y al director de Teatro Virovesca, Javier Santaolalla, para mostrar lo ejecutado, «más de lo esperado» para el actor, y lo que falta: meter todas las instalaciones de luz, agua, electricidad y robótica. El revestimiento de suelos con una preciosas baldosas modernistas de colores se mantiene, al igual que la imponente vidriera de la cúpula, la escalera principal y su barandilla. Morales pretende que las actuaciones se desarrollen en «una sola fase para ganar tiempo y que el esté disponible para utilizarse cuanto antes» y calcula que quedan alrededor de otros «3 millones» para terminar la reforma.
Distribución. En la primera planta se ubicará el palco, donde se instalarán dos filas de 20 butacas con vistas excepcionales al escenario (el 85% se situarán en el piso bajo), un despacho y espacios abiertos que «podrán ser utilizados por todas las asociaciones de la ciudad para fines culturales o de ocio», aclara el político. En la segunda irá la sala de proyección y la grada con unas 60 localidades y también quedarán espacios libres para destinar como salones de exposiciones o local de ensayo. No obstante, el hecho de que el proyecto inicial vaya a sufrir modificaciones repercutirá en que «tendremos que reorganizar la distribución del inmueble», explica el concejal de Urbanismo, Cipriano Gómez.
El imponente escenario cubierto por el gran cubo granate que se aprecia desde el exterior nada tiene que envidiar al de los teatros de las grandes capitales, y dispone de varias trampillas que permitirán que los actores desaparezcan del escenario, ya sea de manera visible o invisible. Debajo del tablado se encuentran los camerinos para los artistas con sus baños y una zona de almacenaje. Ademas, su construcción a cota cero facilitará el trabajo de descarga a los transportistas de atrezo y vestuario. Ante la difícil cuestión de ¿para cuándo acabará la obra faraónica?, Morales aún no tiene la respuesta.
Han pasado 22 años desde que el Ayuntamiento, liderado aquel entonces por José María Martínez, comprara por algo menos de 3.000 euros (456.769 pesetas) el inmueble de principios del siglo XX con vestigios del original, levantado en el mismo emplazamiento en el siglo XVII. Antaño, el conjunto lo integraban tres inmuebles contiguos con fachadas que daban a tres calles diferentes, y en él llegó a hospedarse María Luisa de Saboya, primera esposa de Felipe V.