La última fase de control de vados se retomará en octubre

C.M.
-

Las anteriores inspecciones han conseguido regularizar un millar, lo que ha permitido al Ayuntamiento de Burgos recuperar 200.000 euros para las arcas municipales

Los propietarios de viviendas o locales con un garaje en el que haya que atravesar una acera deben pagar una tasa municipal anual y colocar una placa que así lo indique. - Foto: Patricia

Los propietarios de viviendas o locales con un garaje en el que para entrar y salir con sus vehículos tengan que atravesar una acera o un espacio de dominio público deben pagar una tasa municipal anual y colocar una placa que así lo indique. Quienes no lo hagan se arriesgan a ser multados. El año 2013 se inició una campaña de control por parte de los servicios de Inspección Tributaria del Ayuntamiento de Burgos y de la Policía Local -con algún parón por falta de personal o la pandemia-, que se retomará a mediados de octubre en la que será su última fase. 

Según indican desde la Unidad de Policía Administrativa, las inspecciones se centrarán en las zonas de viviendas que quedaron pendientes en la ciudad de las fases anteriores pero, sobre todo, en los ubicados en los polígonos industriales. Gracias a esta labor inspectora se han conseguido regularizar un millar de vados, que a una media de 200,20 euros cada uno han permitido recuperar al menos 200.000 euros para las arcas municipales. La cifra está calculada en base a que no hayan pagado un año pero en algunos casos se pueden reclamar hasta cuatro, según establece la ley.

El padrón está compuesto por unos 4.000 vados, de los que 854 están ubicados en los polígonos industriales. El Ayuntamiento espera ingresar por esta tasa en 2022 un total de 2.590.000 euros, según los datos recogidos en el Presupuesto. Hasta el momento se han inspeccionado unos 2.200 rebajes distribuidos por 18 zonas de la ciudad, es decir algo más del 70% del padrón sin contar con los ubicados en los polígonos.

La barriada de los Ríos, Capiscol, la barriada San Juan Bautista, Villafría, Villímar, Cellophane, la Castellana o el Pilar-Bakimet, Pisones, San Pedro y San Felices o la calle Madrid han sido algunas de las zonas que ya se han peinado. 

La Inspección Tributaria se encarga de facilitar el censo a la Policía Administrativa, que es la que supervisa si se cumple o no con la legalidad. Tras la correspondiente inspección y con las pruebas pertinentes de los agentes, Inspección remite al propietario la propuesta de regularización. 

Se puede girar el recibo hasta con cuatro años de retroactividad, que es el máximo que permite la ley en materia tributaria. Las revisiones están permitiendo descubrir a particulares que no pagan vado pero también a algunas comunidades de vecinos.

Los afectados pueden presentar alegaciones y, en el caso de falta de placa, se les suele llamar al orden y, si la ponen de inmediato, no se les sanciona. La infracción más repetida en las inspecciones realizadas estos años es tener un portón con rebaje y sin placa y no figurar en el padrón fiscal.