Junto con el radar móvil, que desde hace un par de años se ha convertido en la herramienta fetiche de la Policía Local para sancionar los excesos de velocidad, el llamado foto rojo es el dispositivo que más trae de cabeza a los conductores infractores. Solo hay que remitirse a las multas para sustentar esta afirmación: fueron 8.562 el pasado año, pero los tribunales las anularon tras sentencias judiciales por no estar señalizados. Por ello, el Grupo Municipal de Vox se pregunta cómo se gestionará la devolución del dinero a los conductores que las han pagado y también con la retirada de los puntos del carnet de conducir.
"El equipo de Gobierno sigue apostando por un afán recaudatorio y no preventivo. Estamos en un limbo con estas multas. No tienen las ideas claras y mientras siguen aumentando los accidentes en la ciudad", precisó.
El semáforo espía tiene seis ubicaciones distribuidas por Burgos capital: avenida del Arlanzón, avenida del Cid, dos en la avenida Cantabria y otros dos en la calle Vitoria.