El centro de menores Gregorio Santiago de la Junta estará de obras en los próximos meses. Ha salido ya a concurso la redacción del proyecto básico y de ejecución de la reforma parcial de esta residencia para adecuar sus instalaciones al funcionamiento de unidades de convivencia con un presupuesto de 40.245 euros. De esta manera se adapta al  nuevo paradigma de los cuidados incorporado por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades y que ya utiliza en las residencias de mayores: que el entorno en el que viven tanto ancianos como niños y adolescentes se parezca lo más posible al de un hogar y que las habitaciones y zonas comunes sean personalizadas con objetos elegidos por ellos mismos y se pierda, así, el aire institucional que históricamente han tenido estos espacios.

En esta línea se venía trabajando ya desde hace cinco años coincidiendo con el cambio de dirección del centro. En 2017 la gerente de Servicios Sociales, Marian Paniego, explicaba que se iba a mejorar el mobiliario y la decoración. Ahora se da un paso más pues se van a reformar habitaciones y baños de la primera y la segunda planta para mejorar, como se indica en el programa «sus condiciones de habitabilidad y funcionalidad de acuerdo al uso previsto y adecuarlo al funcionamiento de unidades de convivencia en un entorno físico-organizativo similar a los domésticos, potenciando la intimidad personal, la oportunidad de elección, la participación en actividades de la vida cotidiana y la interacción social».

El objetivo es obtener cuatro habitaciones dobles y cuatro individuales por planta, contando con las dos dobles con baño que ya están reformadas. Se hará, además, una intervención en el sótano, donde irán los vestuarios de personal, más amplios los femeninos que los masculinos puesto que hay un mayor número de trabajadoras.

La residencia Gregorio Santiago está ya muy cerca de cumplir 60 años. Fue inaugurada el 25 de octubre de 1963 y lleva el nombre de quien había sido secretario del Consejo Superior de Protección de Menores desde 1938. Es un centro de protección a la infancia que cuenta con 25 plazas para niñas y niños entre 8 y 18 años. Se compone de dos hogares, uno para chavales de 8 a 15 años y el otro, para los que tienen de 16 a 18 y algunos que ya son mayores de edad pero que se prolonga en ellos la acción protectora de la Administración. Incluye, además, una unidad de acogida en la que tienen cabida los menores extranjeros no acompañados y otros sobre los que pese alguna medida judicial con orden de alejamiento.

La mayoría de los niños y adolescentes que llegan al Gregorio Santiago lo hacen porque son acreedores de una medida de protección por sus circunstancias familiares, mientras que son los menos quienes están allí porque han cometido algún delito.