Obligados a ver crecer los perrechicos desde la ventana, debido al confinamiento de primavera, nadie quiere perderse la campaña de setas de otoño, que además se perfila como la mejor de las últimas temporadas, que han sido realmente malas prácticamente en toda la provincia. Las tormentas de verano alimentaron las primeras esperanzas que se han confirmado con el paso de las semanas y han disparado la demanda de permisos de recolección en los acotados de toda la provincia, donde cada vez expiden más carnés anuales.

La gente «lleva semanas saliendo al campo», donde han aparecido ya las primeras setas de cardo y algunos boletus, aunque será después del paso de la borrasca Álex , se espera que sin grandes heladas, cuando empiece el festín micológico de hongos y setas de carrerilla, coinciden en señalar los expertos consultados por este periódico. Las lluvias de estos últimos días beneficiarán especialmente a los setales de la Demanda y del entorno de la Engaña en Merindades, dos de las zonas micológicas por excelencia.

El micólogo Martín López Cueto explica que el bajón de temperaturas que trae aparejado este frente no tiene por qué afectar negativamente. «El suelo estaba muy caliente, cargado de vegetación, hojarasca y troncos, y con las piedras, que son los radiadores de la naturaleza, captando el sol», así que lo importante es la humedad. Cuesta que ‘rompa’ la campaña porque «los manantiales estaban exhaustos y la tierra se tragó todo el agua, no quedó nada» de las primeras lluvias, de ahí que el campo haya necesitado más lluvias y tiempo.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)