Esther Alonso

Ser o Tener

Esther Alonso


No mires abajo

01/06/2022

Jennifer Lawrence, Leonardo DiCaprio y Meryl Streep son los protagonistas de una de las películas que tuvo más éxito comercial el pasado año: No mires arriba. Dirigida por Adam Mckay, se trata de una sátira política que cuenta la historia de dos astrónomos que descubren el inminente choque contra la Tierra de un meteorito y la gestión que de esta crisis, que supone el fin de la humanidad, se hace por parte de los responsables públicos.

El guión no deja títere con cabeza en lo que se refiere a la reputación de aquellos que deberían salvar el mundo o, al menos, tenderle la mano para acompañarlo hacia su final: la política y los medios de comunicación, quienes, entre unos y otros, convierten el apocalipsis en un lamentable espectáculo. El descrédito de ambos, junto al de una sociedad carente de espíritu crítico, fácilmente manipulable por su adicción al consumo y a la tecnología, hace de esta película un divertido espejo en el que reconocernos o, al menos, adivinarnos.

Una parodia parecida, pero mirando hacia abajo en vez de hacia arriba, es a la que los espectadores de lo público hemos asistido la última semana cuando hemos dirigido nuestros ojos hacia las Cortes de Castilla y León, donde alguno de los miembros del nuevo Gobierno se entretiene con retorcidas provocaciones que le amplíen los minutos de aparición en televisión y el número de columnas del próximo titular, sin buscar ni encontrar soluciones que consigan detener el meteorito silencioso de la falta de oportunidades que desde hace décadas se cierne sobre esta tierra.

En la película, un grupo de privilegiados fleta una nave espacial hacia el futuro, en la que mantenerse criopreservados a la espera de encontrar un espacio y un tiempo mejor en el que habitar. En el caso de la Castilla y León, la única fórmula para que Fernández Mañueco pueda volar y aterrizar en un tiempo más esperanzador podría ser mantenerse crionizado hasta volver a celebrar nuevas elecciones el 28 de mayo del próximo año. No obstante, antes de hacerlo, le recomiendo que vea el film de Mckay, no vaya a ser que le suceda lo que a Meryl Streep, su homóloga en la película.