Dos alumnos de cine

B.G.R.
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Sergio Mariscal y Tomás Peña, del Diego Marín Aguilera, obtienen sendos galardones en el certamen de cortos de La Fila en Valladolid. Las redes sociales, detrás de sus historias

El profesor y director de cine Lino Varela, entre Sergio Mariscal (i) y Tomás Peña, en el plató del centro ubicado en la carretera de Poza. - Foto: Alberto Rodrigo

El instituto Diego Martín Aguilera ha dejado su impronta en el certamen de cortometrajes de la asociación La Fila (Valladolid). Era la primera vez que se presentaba con cinco trabajos de tres alumnos del ciclo de Realización de Proyectos Audiovisuales y Espectáculos, y dos de ellos han sido reconocidos por parte del jurado. De forma más o menos directa, las redes sociales están detrás de sus ideas creativas, como partícipes de las mismas pero también desde una visión crítica que alerta de sus posibles peligros.

Quien más se ha adentrado en este mundo comunicativo ha sido Tomás Peña con su obra Álvaro Adam, que ha conseguido el premio en la categoría de Ecología y Medio Ambiente. Su historia es la de un personaje famoso que, en plena cumbre de su popularidad cae en picado al mundo real y se topa con la vida de los ciudadanos de a pie. Una circunstancia que le supone un shock, pero también una cura de salud para la vanidad y la prepotencia que le han provocado ese cambio. «Es la obsesión por las redes sociales, por estar siempre arriba», explica el autor, quien extiende el sentido de su obra a lo que buscan muchos jóvenes.

He querido reflejar la cara amarga de los 'influencers'», remarca Sergio Mariscal

Su trabajo tiene una importante labor de producción, tal y como reconoce el profesor y director de cine Lino Varela: «Son muchos los decorados que aparecen en el cortometraje; desde casas hasta despachos o localizaciones exteriores en distintas calles de la ciudad». Peña reconoce que no se esperaba el premio y que le gustaría seguir realizando trabajos audiovisuales, aunque su futuro más cercano pasa por marcharse a Inglaterra a estudiar programación.

Sin que la temática sea tan evidente, pero con un trasfondo similar, Sergio Mariscal ha creado Una noche de verano, cortometraje con el que ha logrado el segundo premio del concurso. En su caso, toda la historia transcurre dentro de una casa, con una pareja como protagonista (Andrea y Álvaro) y un vecino al otro lado de la pared al que no se le ve. «Se trata de reflejar la cara amarga de los influencers», explica en referencia a la actriz, a través de la que muestra «todo lo que pueden llegar a hacer para ganar seguidores aunque ella misma sepa que moralmente no está bien», poniendo como ejemplo la realización de sorteos falsos. Una historia en la que se van sucediendo las mentiras entre unos y otros, para reflejar el «juego con la verdad» que muchas veces se da en la realidad. 

Mi intención era representar la obsesión de los jóvenes por estar arriba en las redes», expresa Tomás Peña

Mariscal ha presentado este trabajo a otros certámenes, que aún no han dado a conocer su fallo, además de llevar un segundo al concurso de la Fila. Jimena, como así se denomina, es su proyecto de fin de estudios, al igual que Álvaro Adam para Peña. Sin embargo, su pasión por el cine le llevó a desarrollar un segundo corto con el que sí que ha triunfado. Ha recibido material audiovisual y un diploma. 

Junto a otros dos amigos está en proceso de crear una productora (MomentoBucle) para mostrar sus creaciones. Trabajos y proyectos que hacen que su profesor se sienta tremendamente orgulloso de sus alumnos: «Es muy interesante que en Burgos, donde la producción audiovisual es escasa, haya jóvenes que quieran hacer cine, así que ojalá que no se vayan, porque ese es el gran problema que tenemos, y que las instituciones les apoyen».