Red Natura blinda 317.700 hectáreas de alto valor en Burgos

G. ARCE
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Los conservacionistas piden incluir a los páramos y las estepas de la provincia -en proceso de deterioro-en este entramado de espacios protegidos de Europa, que cumple 30 años desde su puesta en marcha

Sierra de La Tesla-Valdivielso. Es uno de los espacios protegidos de mayor extensión de la provincia - Foto: Alberto Rodrigo

Treinta años después de su creación, la Red Natura 2000 reúne a más de 27.000 espacios de alto valor ecológico en toda Europa, lo que ha permitido asegurar la supervivencia en el largo plazo de unas 2.000 especies animales y 230 hábitats claves en el continente. Burgos suma 317.000 hectáreas propias dentro de este gigantesco proyecto de protección natural, el 22,22% de su territorio provincial, certificando el alto valor e interés ambiental de la mayor parte de la provincia. Las organizaciones conservacionistas consideran, no obstante, que hacen falta más planes de gestión para blindar esta protección y que se deben incluir otros espacios naturales que han entrado en un proceso de grave deterioro como los páramos y las zonas esteparias de Burgos. 

La Red Natura 2000, desarrollada en Castilla y León desde finales de los años 80 y principios de los 90, se articula en dos figuras básicas: las Zonas Especiales de Conservación (ZEC), declaradas a partir de los Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), y las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), centradas estas últimas en los lugares estratégicos donde habitan especies de aves silvestres y donde hay presencia regular de aves migratorias.

La Red Natura 2000 en Castilla y León está constituida por 70 ZEPA, con una superficie total de 1.997.977 hectáreas, y 120 ZEC, con 1.890.600 hectáreas más, lo que supone respectivamente el 21,20% y el 20,06% de su territorio. Castilla y León agrupa el 16,63% de la Red Natura 2000 en España.

España se sitúa como uno de los países que más contribuye a la Red Natura 2000 con un 27% de su superficie, lo que representa una quinta parte del total de la red terrestre europea. Nuestro país alberga el 56% de las aves incluidas en la Directiva Aves y el 56% de los tipos de hábitats incluidos en la Directiva Hábitat.

Ocupando territorio propio o compartido con las provincias limítrofes, Burgos está bajo la protección de 8 ZEPAy 26 ZEC. Son zonas de monte, sierras, riberas de ríos, embalses, entre otros muchos hábitats, que están bajo el paraguas de la Unión Europea, lo que impide o limita la afección de las grandes infraestructuras públicas o proyectos de todo tipo con un alto impacto medioambiental. 

Las áreas protegidas más extensas son las de las Sierra de la Demanda (70.691 hectáreas), Hoces de Alto Ebro y Rudrón (51.560), Montes Obarenes (43.061), Sabinares del Arlanza (37.639) Humada-Peña Amaya (36.872), Sierra de la Tesla-Valdivielso (25.420), Ojo Guareña (13.142) o Cañón del Río Lobos (10.201), entre otras. 

«Nuestra provincia es muy extensa y con valores naturales por encima de casi todas las provincias de nuestro país, y si bien es cierto que la Red Natura 2000 cubre los ecosistemas más representativos que tenemos, aún faltarían por incluir muchos entornos naturales, que se están deteriorando, por ejemplo los páramos y las zonas esteparias, que son el segundo ecosistema más amenazado de Europa y tenemos áreas en Tierra de Campos burgalesa o como el Páramo de Corcos, en la Ribera del Duero, que albergan además especies declaradas en peligro de extinción, como la alondra ricotí», explica Roberto Lozano, responsable de la Fundación Oxígeno. 

La protección medioambiental de la Red Natura 2000 no es la única virtud de esta figura, también ha permitido ser un motor económico de los territorios (desarrollando turismo, agricultura, ganadería, silvicultura, etc.), aportar alimentos, agua, materias primas, salud y ocio «de calidad» y colocar a comarcas rurales en el mapa como «marca de calidad».

Pese a ello y al trabajo realizado desde la Junta de Castilla y León en gestión y educación ambiental, recuerda Lozano, una reciente sentencia del Tribunal Supremo denuncia que «faltan por desarrollarse muchos planes de gestión de estos espacios y que, donde ya los hay, estos no son dinámicos, tienen falta de concreción y no hablan de mejorar los valores que tienen, y lo más grave, son muy permisivos con las posibles afecciones negativas de determinadas actuaciones humanas», puntualiza el responsable de la Fundación Oxígeno.

«Consideramos que falta inversión económica para conservación de la Naturaleza pura y dura (que es su objetivo principal), apenas se promueve la investigación, alentando a jóvenes investigadores burgaleses o de cualquier sitio a que se amplíe el conocimiento sobre las especies y los hábitat que tenemos». 

La crítica también se detiene en la falta de personal especializado en gestión de espacios naturales en la Junta de Castilla y León. «Debe ampliarse sin duda la plantilla dedicada a la conservación, junto con un mayor impulso político para la preservación de estos espacios, no puede quedarse en un marchamo bonito».

Las joyas. Todos los espacios protegidos por la Red Natura 2000 tienen su valor y belleza, aunque Lozano destaca sobre los demás los Sabinares del Arlanza por tratarse de un ecosistema «muy especial, que no encontramos en el resto de la Unión Europa». La misma singularidad atesora el complejo kárstico de Ojo Guareña, «cuyos valores van mucho más allá de ser una 'cueva'».