Condecorados por su tenacidad

S.F.L.
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Los policías locales Alejandro Angulo y José Manuel Martínez reciben la Medalla de Plata al Mérito por participar en una arriesgada detención en Briviesca

Condecorados por su tenacidad - Foto: S.F.L.

Dos perfiles de personas, edades y vidas dispares. Uno con una hija mayor, otro con niñas pequeñas. La residencia establecida en Briviesca y la del compañero en Burgos… Un sinfín de diferencias que al unirlas se complementan a la perfección. En ocasiones comparten coche de patrulla, pero también oficina y vestuario. El jefe de la Policía Local de la capital burebana, Alejandro Angulo, y el agente José Manuel Martínez forman un gran equipo capaz de solventar las situaciones más improbables. Su capacidad de mantener bajo control a una persona violenta y armada y su posterior detención llegó a oídos de la Junta, que a través de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio ha otorgado a cada uno de ellos la Medalla de Plata al Mérito del año 2022.

Como a la mayoría de los mortales, desde muy pequeños sufrieron la temida pregunta de los adultos ¿qué quieres ser de mayor? Angulo tenía claro que se decantaría por alguna profesión relacionada con la seguridad de la ciudadanía.  Con la mayoría de edad recién cumplida ingresó en el Ejército y tras ocho años y con una medalla y una mención honorífica al mérito aeronáutico regresó a la Bien Trazada. Por aquel entonces había plaza en la plantilla de la Policía, se formó y desde 1993 recorre las calles de su ciudad. Pero no solo optó por dedicarse a ello para colgarse su arma y capturar a los malos, sino más bien para ayudar a los demás.

Desde el despacho que ocupa recientemente echa la vista atrás y se atreve a confesar que la elección de convertirse en agente local fue «totalmente acertada al tratarse de la policía más próxima al ciudadano por excelencia, la que tenemos que saber de todo», reitera en varias ocasiones. Sus funciones van desde detener a un delincuente que acaba de robar, hasta corregir una infracción, poner sanciones al tráfico, pasando por ayudar a un anciano a cruzar la calle o enseñarle a un niño, que les mira con admiración, cómo funciona el coche patrulla. «Lo de ser un héroe para tu familia, eso sí que es incomparable con cualquier éxito profesional o personal. Sentir la admiración de mi hija cuando me dice que soy el mejor policía… Es una sensación inexplicable», manifiesta el jefe. Ahora bien, «las tornas han cambiado y ahora soy yo el que presumo de ella por los logros que ha alcanzado con tanto esfuerzo», añade.

El segundo galardonado reconoce que lo de 'hacerse' policía surgió entrado ya en años. Los problemas laborales que surgieron en la empresa donde anteriormente trabajaba apresuraron su decisión. «Llegó la crisis, comenzaron a echar a la gente y me entró el miedo. Me preparé las oposiciones y saqué la plaza en el Valle de Mena, del que guardo un especial recuerdo después de ejercer mis primeros cuatro años. Después me vine a Briviesca para estar más cerca de mi casa, en Burgos», declara el agente Martínez. 

Cualquier profesión arrastra momentos positivos y negativos, y más cuando existe un trato tan estrecho con la población. Por ello, ambos comparten que «te haces más maduro y empático trabajando con la gente, solucionando sus problemas para ellos más urgentes y dolorosos y para nosotros 'un día más en la oficina'. Pero también los hay que por las circunstancias de cada uno se convierten en situaciones delicadas que nos afectan de verdad». 

Entre otros, se refieren a los servicios unipersonales que realizan por la falta de efectivos, una condición que han aceptado «muy a su pesar» y que les genera cierta angustia. «En una jornada normal echas en falta un compañero, pero no te digo nada cuando las cosas se complican», expone el jefe. «Nos ha tocado a todos enfrentarnos a momentos delicados estando solos y la ciudadanía no llega a ser consciente del riesgo que tenemos», se lamenta. Con condiciones más buenas que malas, «pero mejorables» los policías continuarán con su labor al servicio de aquellos que les necesiten.

Gala de reconocimiento. Las medallas corresponden con un reconocimiento público de gratitud y solidaridad de los ciudadanos de la región con aquellos policías locales que arriesgan su integridad física, más allá del estricto ejercicio de sus funciones, así como para ensalzar las tareas en favor al cuerpo. La entrega de los galardones se llevará a cabo el 23 de noviembre en Zamora, y el burebano y el burgalés no faltarán a la cita.

 

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