El número de solicitudes recibidas por el Conservatorio de Música Rafael Frübeck de Burgos el pasado mes de mayo hacía prever el mantenimiento del alumnado para este curso, después de sufrir un descenso durante los años de la pandemia. Sin embargo, esos datos favorables no se han visto reflejados en la formalización de la matrícula, habiéndose experimentado una «caída importante» de la misma, principalmente, en el grado de Profesional, de tal forma que el centro se ha visto obligado a abrir una convocatoria extraordinaria de pruebas de acceso a la que se puede optar hasta el 30 de este mes.
Dicho retroceso no se ha producido entre los estudiantes de nuevo ingreso, sino entre aquellos que ya cursaban estas enseñanzas. «La tasa de abandono se ha incrementado un tercio respecto a ejercicios anteriores», afirma su director, Rubén Ramiro, en referencia a los 30 alumnos más que han dejado el centro hasta sumar 90. La situación preocupa a los responsables educativos, que harán un estudio para saber si se trata de «algo puntual o una tendencia incipiente».
Son varios los motivos a los que apunta Ramiro a la hora de explicar lo sucedido, aunque se detiene en uno que también provoca el malestar de las familias. Está relacionado con la simultaneidad de estos estudios con los de la ESO, que hasta la fecha permitía a los estudiantes quedar exentos de hasta ocho horas lectivas de materias optativas o específicas de Secundaria. Con la aplicación de la nueva ley (Lomloe) en los cursos impares de la etapa obligatoria, se ha cambiado la denominación de algunas asignaturas, quedando «obsoleta» la que se recoge en la Orden regional de 2018, lo que impide solicitar la exención de esas materias.
«La Junta aún no ha regulado este aspecto, con lo que se suprimen las facilidades que había hasta el momento para compatibilizar ambos estudios, de tal forma que los alumnos optan por abandonar los de Música», remarca, apoyando la solicitud realizada en este sentido por el Ampa Antonio José ante la Consejería de Educación. La asociación exige que la normativa se adapte de inmediato a la situación actual y que se establezca un marco jurídico con medidas que «valoren el esfuerzo de los estudiantes», además de que considera que supone una desigualdad en los cursos impares, ya que los pares sí que se benefician de esa simultaneidad por el simple hecho de que no les afecta la nueva normativa.
Más allá de este motivo, el director del Conservatorio alude a otras razones que también han tenido que ver en que la demanda no haya cubierto las vacantes. Considera que la falta de profesorado que se vivió el curso pasado ha producido «desencanto», además de que censura que la Administración autonómica no haya resuelto ese problema para este curso, que arranca el 3 de octubre sin los docentes de Coro y Tuba porque las listas de interinidad continúan vacías, recordando que esta circunstancia ya se expuso a la Consejería durante los ejercicios lectivos 2019 y 2020.
Alude de la misma forma a la recuperación de la normalidad tras la flexibilización de la evaluación que se vivió durante la pandemia, al igual que al hecho de que el retraso en levantar la restricción para que las audiciones contaran con público haya provocado abandonos por «miedo escénico». Se trata de una consecuencia de la que ya advirtió tanto el centro como el Ampa cuando solicitaron en reiteradas ocasiones a la Junta que levantara la limitación. De hecho, su reivindicación fue respaldada por el Procurador del Común.
Ramiro avanza que el centro realizará todo lo que esté en sus manos para revertir la situación, con facilidades horarias y una atención docente aún más individualizada.