Solo hace falta darse una vuelta por la ciudad para comprobar que muchos edificios de viviendas están rehabilitando sus fachadas aprovechando las ayudas que dan la Junta de Castilla y León y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía de España (IDAE) o están embarcados en áreas de regeneración urbana (ARU). Las barriadas que se construyeron en los años 60 y 70, fundamentalmente, se levantaron a toda prisa y la mayoría carecen de eficiencia energética. Sin embargo, el centro histórico se está quedando al margen debido a las exigencias que pone el Ayuntamiento por la protección que tiene este entorno. 

Desde el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos (Coaatbu) hacen un llamamiento a la administración local para que flexibilice los requisitos para la instalación de fachadas envolventes o ventiladas. «Es necesario sentarse a hablar y proponer medidas alternativas. Hay tratamientos que se pueden hacer sin alterar la protección ambiental. Se está perjudicando a un número importante de vecinos que tienen también esa necesidad de mejora de eficiencia energética y de ahorro», indicó su secretario técnico, Roberto del Amo, al tiempo que recordó que precisamente el centro histórico contempla el parque de viviendas más antiguo. 

En este sentido, recuerda que en el centro  hay fachadas enfoscadas (pintadas de color) en las que se podrían aplicar soluciones tipo sate, que es un sistema de tratamiento térmico exterior tipo mortero, que se mantiene el aspecto del edificio. «El objeto es que edificio gane en eficiencia energética y, solo en los casos que sea imposible, hacer actuación en el interior. Sin embargo, a las comunidades que lo han planteado fachadas envolventes se les ha denegado la licencia como en algunos de las calles Martínez del Campo o Miranda.  

Aunque hubo un momento en el que sí se permitieron algunas rehabilitaciones con fachadas envolventes en el centro, desde 2018 los técnicos del área de Arquitectura cambiaron de criterio en inmuebles con algún tipo de protección, después de recibir numerosas consultas de comunidades de propietarios. El criterio de no permitir modificaciones en fachadas de los cascos históricos también se aplica en otras ciudades como Ávila, Salamanca o León. 

Hacer una prueba. El Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos consideran que se pueden hacer pruebas para ver cómo queda. «Con el aislamiento exterior el edificio sale un poco pero se pueden buscar las fórmulas para que estéticamente quede bien. Habría comunidades que estarían dispuestas a probar y ver cómo se conecta con el edificio de al lado», añadió el representante colegial.

La instalación de envolventes en las fachadas de los edificios permite ahorros de energía superiores al 40%, de modo que la inversión que realizan las comunidades de  vecinos tiene un retorno en el corto plazo. «Tenemos que ir hacia la rehabilitación al ser una vía de ahorro. Un propietario que rehabilita su vivienda consigue revertir la inversión de forma rápida y si va ayudada por subvenciones, mejor».

La menor demanda de energía redunda a su vez en una mejora del medio ambiente al emitir menos CO2 a la atmósfera. También repercute en el empleo, dado que la rehabilitación reactiva el sector, y también repercute en la mejor conservación de las viviendas.