Marco Aurelio y Santiago 'Matamoros'

JUANJO CALZADA
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De la misma forma que el emperador romano, el bien, vence a sus enemigos, símbolo del mal, el apóstol Santiago, en defensa de la fe cristiana, somete a los infieles paganos

Retablo de la capilla de Santiago (Museo): Santiago ‘Matamoros’.

1. Precedentes 

Ya en la Grecia helenística contamos con la imagen triunfal de Alejandro Magno a caballo. En la Antigua Roma la representación ecuestre del emperador era símbolo de poder y de gloria. A caballo salía de Roma en olor de multitudes para ir a la guerra, la llamada profectio, y a caballo, o en una cuádriga, hacía su entrada triunfal en la ciudad tras haber vencido al enemigo, la llamada adventus. Para conmemorar la victoria se hacían estatuas ecuestres del emperador, con la figura del enemigo vencido a sus pies, indicando el sometimiento de este a Roma. En el Imperio Bizantino, continuador del Imperio Romano, tenemos también esta iconografía, tal y como vemos en el Díptico Barberini, en donde aparece el emperador a caballo, supuestamente Justiniano, y la figura del enemigo derrotado a sus pies, no faltando la imagen simbólica de la Victoria, una mujer alada que le ofrece la corona y la palma de la victoria.

En Roma, con el triunfo del cristianismo, se destruyen todas las estatuas ecuestres de los emperadores paganos, de suerte que sólo conservamos la del emperador Marco Aurelio, en la que bajo la pata derecha del caballo tendríamos que ver al enemigo sometido. El hecho de conservarse esta imagen es porque los cristianos, en su momento, no la identificaron con Marco Aurelio, sino con Constantino, emperador que con el edicto de Milán, del 313, decretó el final de las persecuciones a los cristianos.

2. Santiago ‘Matamoros’

Marco Aurelio.Marco Aurelio.Su iconografía está en estrecha relación con la escultura ecuestre de Marco Aurelio: de la misma forma que el emperador romano, el bien, vence a sus enemigos, símbolo del mal, el apóstol Santiago, en defensa de la fe cristiana, somete a los infieles paganos.

Se cuenta que un peregrino griego puso en duda que el apóstol Santiago supiera montar a caballo, por lo que este se le termina apareciendo sobre un caballo blanco y con unas llaves para anunciarle la conquista de Coimbra por parte de Fernando I.

Los Evangelios no dicen nada sobre esta faceta bélica del apóstol Santiago, pero se adapta bien a la mentalidad medieval. De la misma forma que las Cruzadas y las Órdenes Militares se habían marcado como objetivo liberar Tierra Santa, el arzobispo Gelmírez fijó el mismo objetivo para Santiago en España. Según la leyenda, estando Ramiro I con temor para enfrentarse a los infieles, se le aparece Santiago para ofrecerle la victoria. Al día siguiente, en plena batalla, el santo aparece en un caballo blanco, con una espada en la mano derecha y un estandarte en la izquierda, ayudando a las huestes cristianas a conseguir la victoria en la batalla de Clavijo. Esta leyenda estuvo interesado en propagarla el arzobispo Gelmírez para justificar los votos que los fieles deberían pagar a la iglesia de Santiago de Compostela. Se lucha al grito de ¡Dios ayuda e Santiago!, que luego se va a transformar en ¡Santiago y cierra España! Santiago se considera Patrón de España, pero el origen de esta leyenda es astur o leonés. En los siglos XII y XIII se veía a Santiago como el protector de Galicia y de León, por lo que Castilla buscó la protección de San Millán y los catalano-aragoneses la de san Jorge.

3. El ‘miles Christi’

Es el ‘soldado de Cristo’ que puede ser identificado con cualquier personaje a caballo que, al igual que Santiago, haya luchado en favor de la Iglesia: Constantino, Carlomagno, del que la leyenda nos dice que liberó el camino de las peregrinaciones de infieles, o, simplemente, cualquier caballero medieval. Raimundo Lulio, un hombre que en el siglo XIV abandonó el oficio de las armas para dedicarse a la predicación y conversión de los infieles, dice que es un deber del caballero defender la religión cristiana: Es oficio del caballero mantener y defender la santa Fe católica. Las armas con las que lucha contra los enemigos de la fe cristiana son una especie de Arma Christi: el caballero ha de vencer con la espada a los enemigos de la Cruz, por su semejanza con esta; la lanza con sus formas rectas es la rectitud y la verdad con que se enfrenta al falso dragón; la maza es el coraje con que se ha de emplear para una empresa tan alta como la que se le ha encomendado; con el escudo ha de parar los golpes del dragón, etc. La guerra del caballero medieval se justifica si esta es en defensa de la religión cristiana. 

Ya san Pablo nos había dicho en su Epístola a los Efesios lo siguiente:

Tomad pues, la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, vencido todo, os mantengáis firmes. Estad pues, alerta, ceñidos vuestros lomos con la verdad, revestida la coraza de la justicia y calzados los pies, prontos para anunciar el evangelio de la paz. Embarazad en todo momento el escudo de la fe, con que podáis apagar los encendidos dardos del maligno. Tomad el yelmo de la Salvación y la espada del espíritu, que es palabra de Dios.

(Ef. VI, 13-18)

4. El jinete y los centauros

El caballero medieval viene a ser el heredero de los centauros, animales que son mitad jinetes humanos y mitad caballos. Si admitimos que el jinete simboliza la razón y el caballo la fuerza, en el caso del caballero medieval podemos decir que en su lucha contra el mal vence, pues su inteligencia sabe dominar la fuerza bruta del caballo y ponerlo a su servicio, hecho que no ocurre con el centauro, símbolo de lujuria, en donde la fuerza bruta se impone sobre la razón humana. Así, en la iglesia de Santa María del Campo el caballero está cerca de una representación de bienaventurados y el centauro, por el contrario, en relación con una imagen de condenados.

5. Santiago ‘Matamoros’ en la catedral

-Es en el crucero de la catedral de Santiago de Compostela en donde vemos por primera vez en España una imagen de Santiago ‘Matamoros’, de principios del siglo XIII. La representación más antigua que tenemos en nuestra catedral es de finales del siglo XIII, cuando se construye la capilla de San Gregorio sobre otra que había anteriormente. No lleva indumentaria militar, algo muy frecuente en su iconografía posterior, y se destaca mucho la idea de Santiago peregrino, hasta tal punto que abunda la imagen de las conchas, incluso en el estandarte, en donde deberíamos ver una cruz, tal y como ocurre en ejemplos posteriores. Los dos infieles aparecen con la típica toca morisca, uno de ellos de aspecto negroide.  La imagen aparece en la clave de la bóveda.

-En la capilla de Santiago, hoy convertida en museo, su imagen la tenemos en la reja de entrada, en una clave de bóveda, por encima del retablo mayor y en este mismo.

-El retablo barroco, obra de Fernando González de Lara, acoge una imagen de Santiago ‘Matamoros’ en la que el santo aparece ya con indumentaria militar, tal y como podemos ver en las placas de la armadura que protegen brazos y piernas, y con manto volado por encima. Aunque en su iconografía puede aparecer también con lanza, en nuestros ejemplos sólo lleva la espada. La disposición en corveta del caballo permite que los infieles estén debajo de él.

-Tres nuevas imágenes de Santiago ‘Matamoros’ son las que tenemos en el exterior del cimborrio, esa impresionante construcción renacentista del siglo XVI, en la sillería y en el retablo mayor de la capilla de Santa Tecla, esta ya del siglo XVIII.

Fuentes: Inés Monteira Arias en El enemigo imaginado. Martín Pérez en Libro de confesiones. Raimundo Lulio en Libro de la Orden de Caballería. Artículos de Ermelindo Portela, José Luis Martín Rodríguez, Juan de Contreras, Jacques Pulbar y Juan Carlos Elorza.