El Burgos CF lo vuelve a hacer

ROBERTO MENA
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Como ya sucediera la pasada temporada, el equipo blanquinegro ha ido ganando en consistencia y se ha ido ajustando con el paso de las jornadas. Las circunstancias han cambiado, aunque el proceso ha sido muy similar

Ernesto intenta un envío al área. - Foto: Valdivielso

El Burgos CF afronta las 12 últimas fechas de la competición liguera con el convencimiento de que está en la senda adecuada. Su situación en la tabla es más que desahogada y los 41 puntos que ha sumado en 30 jornadas le otorgan un colchón que le permitirá vivir el tramo final del curso sin agobios y disfrutando del viaje.

La estadística es implacable en estos casos y es la que determina si los objetivos se alcanzan o no, aunque en el mundo del fútbol las sensaciones son también un apartado importante y las que transmite el Burgos CF en estos momentos son notables. El equipo ha ido ganando poso, seguridad, confianza, aplomo y todo eso se ve reflejado en el terreno de juego. Los complejos son cosa del pasado y los blanquinegros se han ganado el respeto de todos sus adversarios, desde los que luchan por ascender a Primera a los que se encuentran en el precipicio del descenso.

La trayectoria del equipo en este apartado es similar al que describió la pasada temporada. Las circunstancias no son comparables, aunque el Burgos ha ido creciendo con el paso de las jornadas. Lo mismo ocurrió en la pasada liga. Los blanquinegros pasaron de ser uno de los muchos aspirantes al ascenso que había en la categoría a llegar a tierras cacereñas como uno de los claros favoritos. Como ocurre este año, la mezcla de resultados y sensaciones era la adecuada.

Julián Calero lo ha vuelto a conseguir. Su idea de fútbol, su filosofía se mantiene, aunque es de esos entrenadores que sabe rectificar sobre la marcha y adecuar su idea a la competición en la que se encuentra y las posibilidades de su plantilla. El de Parla ha ido tocando teclas hasta encontrar la adecuada.

Adaptación. El equipo ha acabado funcionando en todas las facetas, pese a que en una competición de la exigencia de LaLiga SmartBank hay muchos rivales que le superan en cantidad y calidad. Lo ocurrido la pasada campaña fue diferente, pero también tuvo que ver con esa evolución. En Segunda B el Burgos tenía jugadores diferenciales y una plantilla de mucho nivel para la categoría. También otros clubes contaban con unos mimbres excelentes, aunque los blanquinegros supieron optimizar sus recursos para rendir por encima de oponentes que partían con las mismas posibilidades.

En esta campaña el Burgos se ha ido adaptando a las exigencias de cada momento. Se aferró a su estadio y a su afición cuando existían más dudas y los partidos como visitante suponían la cruz del equipo. Asimismo, el cuerpo técnico encontró la fórmula para que el equipo funcionara en ataque después de un inicio de campaña reñidos con el gol. La movilidad de los más pequeños fue la solución.

En estos momentos el conjunto burgalesista ha dado un paso adelante en los partidos fuera de casa. Venció en el Gran Canaria y el pasado sábado asaltó el Fernando Torres. Los campos y los rivales son diametralmente opuestos, aunque en ambos escenarios el conjunto burgalés logró imponerse. La contención ya no es su única obsesión. Su defensa se ha separado unos metros de su propia área, lo que le beneficia a la hora de defender y también cuando roba.

Como ya ocurriera en la anterior campaña, el equipo responde en los momentos clave y también sabe levantarse después de caer. Son muchas las cosas que han cambiado, aunque la esencia sigue siendo la misma y por el momento la fórmula parece la adecuada para que el regreso al fútbol profesional acabe con una sonrisa.