En plena ola de calor, los briviescanos ya tienen la opción de combatir las altas temperaturas con un buen chapuzón en las piscinas municipales, que abrieron el martes y permanecerán operativas hasta mediados del mes de septiembre. Las instalaciones disponen en esta ocasión de más zonas de sombra al instalar sombrillas de brezo por todo el recinto y de contar con más especies vegetales que con sus ramajes crean más espacios protegidos de los rayos solares. También ha ganado en áreas verdes al crecer por completo el césped que plantaron el pasado año. Tanto los usuarios más habituales como los puntuales dejaron constancia en 2021 que tras un verano sin piscinas como consecuencia de la pandemia y de las obras de rehabilitación integral, la apresurada apertura en la pasada temporada «dejó a medias algunos detalles y apenas había zonas resguardadas del sol».

Por otro lado, los bañistas que el año pasado tuvieron que conformarse con una máquina expendedora de bebidas están de suerte. El bar se inauguró el pasado 1 de junio y se mantendrá abierto durante todo el año, como mínimo de 10 a 22 horas. Los pliegos del contrato admiten que el espacio del local no conectado con la piscina podrá funcionar hasta los horarios permitidos para la categoría de café-bar.

Asimismo, el contratista, previa autorización del Ayuntamiento, tendrá derecho a promover de manera privada actuaciones y otros eventos, y en estos casos será responsable exclusivo de cualquier desperfecto que se ocasione.

El alcalde de la localidad, Álvaro Morales, anima a los vecinos de la ciudad y de los pueblos de alrededor a que acudan a disfrutar de las nuevas instalaciones, cuya obra resultó la más cuantiosa de los últimos años para las arcas municipales, rozando el 1,5 millón de euros.  Las tarifas en las entradas y en los bonos se mantienen con respecto al verano de 2021 (3,50 euros adulto por día y 1,50 los niños) pese a que parte del equipo de gobierno considera que se «deberían adaptar» al nuevo servicio.