La obra de la avenida Castilla sale cara al comercio

L.N.
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Aunque el primer tramo ya debería estar terminado, se prolongará al menos hasta finales de mes. La remodelación será unos 315.000 euros más cara por imprevistos en la red eléctrica. Los comerciantes están "hartos"

El carril bici se ubicará junto a la acera en la avenida Castilla. Después, un bordillo hará de separación con la zona de aparcamiento y, a continuación, irá la calzada. - Foto: L.N.

Cunde la indignación entre los comerciantes de la avenida Castilla. Detrás de su malestar se encuentra un descenso en las ventas que, en buena parte, atribuyen al retraso en las obras de remodelación que arrancaron a comienzos de año. Aunque el primer tramo debería estar listo desde mediados de agosto, se demorará al menos hasta finales de septiembre, de acuerdo con las previsiones del Ayuntamiento arandino. Después falta por acometer el segundo tramo. Se espera que, si no surgen contratiempos, quede renovado a finales de año, como detalla el concejal de Urbanismo, Alfonso Sanz. 

Lo que ya se sabe es que el imprevisto detectado en abril, cuando se descubrió que las acometidas eléctricas se encontraban muy someras y había partes de fibrocemento, tendrá un coste de unos 315.000 euros, frente a los 180.000  estimados en un principio y que se suman a la inversión total de 1.963.855 euros para renovar por completo una de las principales arterias de la capital ribereña. 

Sea como fuere, los comerciantes se muestran hartos de que pasen los meses y no atisben el fin de las obras. «Roza la desesperación», asegura la responsable de una tienda de moda, quien no entiende cómo en un arreglo de semejante envergadura «hay muy pocos obreros». Algo que también comparten en una pescadería cercana: «Es lógico que surjan problemas porque la calle se hizo hace muchos años, pero lo que no vemos normal es que trabaje tan poca gente.Está muy mal planteado y eso nos está fastidiando. A este ritmo, puede que no terminen hasta Semana Santa». Todos, sin excepción, recalcan la importancia de que los trabajos «no se eternicen» y comentan que las obras y la imposibilidad de aparcar en la zona repercuten directamente en sus ventas. Hablan de «bajón total» y aseguran que por la avenida Castilla «no pasa nadie más que los propios vecinos». Y, a veces incluso, ni eso. Porque, al parecer, se han registrado numerosas caídas y la gente mayor tiene cierto miedo a salir. 

Los comentarios se repiten comercio tras comercio. En la frutería aseguran que les salva el hecho de llevar muchos años y haber generado una clientela fiel. «Pero nos afecta a todos, han bajado las ventas». Cerca, en un establecimiento de hostelería, su dueño admite que está «desesperado», sin terraza y con la acera aún más estrecha. Lamenta que en la mayoría de ciudades se gana espacio para el peatón, pero aquí, al menos en su tramo, se ha optado por lo contrario al dar prioridad al carril bici. 

«Fíjate qué panorama tenemos», espeta de primeras la gerente de otra tienda, vacía en toda la mañana. «Esto nos afecta mucho, mucho...», agrega, mientras otro remata: «Es un panorama muy duro».