De imprescindibles a casi residuales

L.M.
-

Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo fueron la tabla de salvación al inicio de la pandemia, pero ahora son ya poco habituales

Las agencias de viaje cuentan con un mecanismo específico dada su precaria situación. - Foto: Jesús J. Matías

En el anterior cataclismo económico, el del boom inmobiliario de 2008, la figura del Expediente de Regulación Temporal de Empleo, conocido por sus siglas, ERTE, fue completamente anecdótico. No obstante, cuando el Gobierno intuyó el tsunami que se avecinaba días antes de la declaración del estado de alarma por la covid-19, rápidamente rescató esta herramienta que se convirtió en la tabla de salvación de miles de empresas y trabajadores.

No había transcurrido ni un mes desde el famoso 14 de marzo cuando el número de trabajadores inmersos en un ERTE superó la barrera de los 24.000. El parón de toda industria no esencial durante la primera quincena de abril, en pleno apogeo del coronavirus, llevó a un expediente a casi uno de cada cinco afiliados burgaleses. Con la progresiva -pero lenta- reanimación económica poco a poco estos fueron saliendo y regresando a sus puestos de trabajo.

No obstante, este recurso tuvo un alto precio a pagar: las prestaciones y subsidios desembolsados por el Servicio Público de Empleo entre los meses de marzo y junio de 2020 superaron los 118,2 millones de euros, el triple de lo pagado en el mismo periodo de 2019.

Cada vez eran menos los trabajadores inmersos en un ERTE, 12.200 al inicio del verano y 2.500 en octubre. Sin embargo, la segunda oleada de covid-19, que azotó con mayor virulencia si cabe a la provincia de Burgos que al resto de territorios de Castilla y León, elevó de nuevo la cifra expedientados. Crecieron hasta los 6.150 en febrero de 2021 y desde entonces han ido siempre a la baja. A cierre de julio de 2022, con los datos que ofrece mensualmente el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, ya que los inmersos en un ERTE no dejan de contabilizar como afiliados- en Burgos hubo 1438 empleados dentro de un expediente.

Más hombres. La mayoría fueron varones, 72 concretamente, por las 66 mujeres. Hasta 101 tenían un ERTE con una suspensión parcial de su empleo, mientras que 37 estaban incluidos en la modalidad total, lo que les deja en su casa. Son 35 las compañías burgalesas que tenían, de media el mes pasado en vigor, una herramienta de estas características, dos menos que a día 31.

Los específicos para las agencias de viaje (bajo el paraguas de los Mecanismo RED), en vigor desde mediados de este mismo ejercicio, llegaron a 23 trabajadores en la provincia de Burgos, 17 mujeres y 5 hombres. La recuperación del sector, pese a la llegada del verano, parece no ser aún completa, especialmente por la caída de las reservas internacionales. El mercado nacional, en cambio, sí que está funcionando con cierta normalidad.