Rodrigo Burgos

Punto Nemo

Rodrigo Burgos


El secuestro de la amígdala

17/05/2022

En determinadas ocasiones nos sentimos arrastrados por un impulso que no podemos controlar y que desencadena en nosotros una reacción irracional. Suele ser solo un momento, poco nítido, de respuesta instantánea y de cuyas consecuencias tendemos a arrepentirnos inmediatamente. Este comportamiento puede ser violento, como el cabezazo de Zidane a Materazzi en la final del Mundial de Fútbol de 2006; o como el reciente tortazo de Will Smith al presentador Chris Rock en la gala de los Oscar por hacer chistes sobre su pareja. Vinculados a momentos altos de presión o estrés, físico o emocional, cuando a quien le ocurre tiene una posición más o menos mediática, esa reacción se convierte en viral con el consiguiente escarnio público de la persona. En este caso las consecuencias tocan directamente a la reputación, pues son comportamientos que no se pueden justificar en nuestra sociedad actual. Esta reacción desproporcionada a un estímulo se llama secuestro de la amígdala. Momentáneamente perdemos el control porque nuestro cerebro es asumido por la amígdala que a su vez forma parte de nuestro sistema límbico. Este es el responsable de los aspectos de nuestra psique que tienen que ver con lo afectivo, y es fundamental en el control de la conducta del ser humano. La amígdala destaca en este sistema porque es clave para la supervivencia, debido a que su principal misión es integrar las emociones con los patrones de respuesta correspondientes a estas, a nivel fisiológico y conductual. Así, reacciona de manera excesiva ante una amenaza, dejando nuestro pensamiento lógico relegado por un instante al mando de nuestras emociones. Tiene sentido en una perspectiva evolutiva de nuestra especie. 

Quiero pensar que lo que llevó al presidente del Hereda San Pablo, Félix Sancho, a humillarse y humillar a sus jugadores tras el doloroso descenso del equipo el pasado sábado no fue otra cosa que un ataque de amígdala. Una nota desafinada ante tanta melodía de alegrías repartidas en los últimos años. Que vuelva muy pronto a llevar al equipo donde la ciudad y la afición se merecen porque Burgos es ACB, con amígdala o sin ella. 
    @RodrigoBurgosOr