La trastienda del fútbol modesto

RODRIGO C. LEÓN / Aranda
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La Arandina es líder y vive uno de sus mejores momentos de su historia. Diario de Burgos se cuela en el vestuario y muestra las distintas caras del deporte una vez se apagan los focos mediáticos

Átomo, Dieguito, Jaime Márquez y Pesca. - Foto: Luis López Araico

Barro, frío, horas de autobús, estadios sin gradas en los fondos... Estas son algunas de las particularidades del fútbol modesto de hoy en día. Un deporte en el que el concepto «profesional» se vende como algo excepcional. Sin embargo, la verdadera cara de estas categorías está mucho más lejos de aquello que se promociona de puertas para afuera. 

La jovencísima Tercera RFEF aúna todos los conceptos mencionados anteriormente. Se trata de una categoría en la que sus profesionales reman día a día por perseguir el sueño que tienen desde pequeños: poder vivir del fútbol. No obstante, las posibilidades económicas de esta división están muy lejos de garantizarles un futuro a corto plazo.

Es por ello, que la gran mayoría de ellos optan por abrir otros caminos paralelos al mundo competitivo. Algunos se decantan por introducirse en largas jornadas laborales. Trabajo con el que compaginan el fútbol, pero al que otorgan una prioridad capital. Tampoco se puede dejar de lado a los más jóvenes, que aprovechan el tiempo libre para llenar la mochila de conocimientos y el currículum de estudios universitarios. Contra viento y marea, campean el temporal de los exámenes que tantos quebraderos dan a las nuevas generaciones.

Átomo, Dieguito, Jaime Márquez y Pesca.Átomo, Dieguito, Jaime Márquez y Pesca. - Foto: Luis López Araico

Por último, no se puede  pasar por alto a aquellos que lo dejan todo a cientos de kilómetros para perseguir su sueño lejos de casa. Aunque no es la tónica dominante, centenares de futbolistas de esta categoría focalizan su día a día en crecer como profesionales y acercarse aún más a la posibilidad de dar el salto a divisiones superiores. 

Buen ejemplo de ello es la Arandina. La actual líder del Grupo VIII domina la región con puño de hierro gracias a un vestuario de lo más variado en cuanto a edades y labores fuera del campo. En algunos casos, la elástica blanquiazul queda a un lado el resto del día. El Montecillo pasa a un segundo plano una vez toca ponerse el mono de trabajo para repartir en la pescadería, trabajar en la fábrica o hincar codos para sacar adelante los seis créditos.

David Sanz 'Átomo' | Empleado de aprovisionamiento y gestión

"Sabemos que el fútbol no da para vivir en estas categorías"

El desequilibrio y la chispa en El Montecillo tiene un nombre propio: Átomo. Un sobrenombre sumamente conocido en el futbol regional, pero muy diferente al David Sanz que se esconde tras las botas de tacos. El ribereño complementa su vida deportiva con su trabajo como empleado en el apartado de aprovisionamiento y gestión en la fábrica de Calidad Pascual de Aranda. Ejemplo de realidad en el fútbol modesto.

"Me dedico a hacer inventarios y ayudar a mis compañeros de carretilla". La jornada de David arranca a las 7:30, y desde entonces, vive por y para sus trabajos. Todo ello gracias en gran parte a la comprensión y flexibilidad que le ofrece su encargado. "Con mi horario flexible entro a las 7:30, salgo a entrenar y después compenso las horas que debo a la empresa. Si no entreno, acabo a las 16:15 y si hay sesión, termino a las 19:15".

Átomo es uno de aquellos gloriosos talentos que salieron de la extinta Gimnástica Arandina. Tras pasar por las canteras de Burgos y Numancia, el extremo dio el salto al Almazán. Tras dos etapas en el CD Bupolsa, el futbolista regresó a casa en verano de 2021. Con casi 200 partidos en Tercera, David Sanz puede complementar su amor por el fútbol, sin dejar de lado la posibilidad de asegurarse un futuro lejos del mismo. "Es importante llevar una buena rutina y ser consciente de que lo primero es el trabajo. Al fin y al cabo es lo que me da de comer", comenta.

Si quiero luchar por lo que me gusta, tengo que apretar los dientes en otro tipo de cosas"

Sin rehuir del fútbol como gran sueño de cara al futuro, se muestra sumamente consciente de la enorme importancia de mantener los pies en el suelo en estas edades y divisiones. "Sabemos que el fútbol no da para vivir en estas categorías. Por momentos trabajas mucho, y el fútbol sirve como una desconexión extra".

A pesar de su ajetreada jornada, David también tiene tiempo para llevar a cabo su particular preparación deportiva. Aunque le gustaría que fueran más, el arandino acude al gimnasio entre tres y cuatro días semanales. "Me gustaría poder ir más días al gimnasio, pero hay veces que necesito descansar. El cuerpo da para lo que da y no quiero que lleguen lesiones. Son once horas de trabajo entre las tres de entrenamientos y las ocho en la empresa".

Con los pies en el suelo y concienciado del futuro a largo plazo, David apuesta por seguir levantando las gradas de El Montecillo. Ante las dudas, cifras: cuatro goles en la temporada 22/23.

Diego Pérez 'Dieguito'Estudiante universitario

"Estudiar es una de mis prioridades y así seguiré"

Velocidad para el carril derecho y un firme apasionado de las ciencias de la salud. Diego Pérez combina la línea de cal de El Montecillo con sus estudios de Terapia Ocupacional en la Universidad de Burgos.

Dieguito conoce como la palma de su mano la ruta Burgos - Aranda. Nacido en la capital y criado durante gran parte de su carrera en las filas blanquinegras, llegó este verano a la Arandina después de su primera temporada lejos de casa en el Palencia. Su trayectoria futbolística la completa el Bupolsa. Ahora bien, si se cambia al currículum diario, la situación es totalmente distina. El cidiano afronta su último año de carrera, con previsión a cumplimentarla con otro grado relacionado.

"Salí de bachillerato e hice el grado de TAFAD. Como seguía en el fútbol, decidí meterme a la carrera de Terapia Ocupacional". Un recorrido académico que no siempre se lo ha puesto fácil para compaginarlo con el fútbol. "A veces se me complica y tengo que pedir la evaluación excepcional".

Sin embargo, no oculta las enormes dificultades para poder rendir en fechas de evaluación. "En épocas de exámenes me agobio un poco, pero lo llevo bastante bien", comenta. Asimismo, recalca que es "un esfuerzo que vale la pena".

En época de exámenes me agobio un poco, pero lo llevo bastante bien"

También se muestra muy agradecido con la flexibilidad que le aportan desde ambos mundos, a los cuales considera compatibles. "Por lo general, los profesores se portan bastante bien y son comprensivos a la hora de facilitarme la evaluación. Te intentan ayudar con los trabajos, te explican con más detalle las cosas... Pero lo más fundamental es pedir tutorías, porque al no ir a clase se me complica mucho más". Flexibilidad de la que también forma parte Álex Izquierdo, al cual valora positivamente "su comprensión en las fechas más complicadas". La ambición del joven burgalés va más allá del lado competitivo, por lo que quiere seguir formándose durante más años. "Con la convalidación de asignaturas, me gustaría cursar también el grado en Enfermería", adelanta.

Si bien el fútbol no garantiza nada, Diego tiene claro que quiere continuar abriendo ramas a su futuro más allá del mundo del deporte. Las noches de estudio nocturno y los viajes con los apuntes en el coche, se han convertido en una rutina de la que espera recoger sus frutos dentro de unos años.

Jaime MárquezFutbolista

"El fútbol es mi sueño desde muy pequeño y quiero cumplirlo"

Ya han pasado varios años desde que Jaime dejó atrás su Alcalá de Guadaíra natal para lograr un sueño en concreto: ser futbolista. Objetivo que a sus 24 años está cumpliendo poco a poco. Tras finalizar su etapa juvenil en el San Juan, el sevillano ha pasado por las filas de Cartaya, Viso, Azuaga, Jérez y Astorga. Una trayectoria que amplió este verano con su llegada a la capital ribereña.

Sobre el campo, Jaime Márquez es un defensa central con un excelente juego aéreo y una impecable salida de balón. Sin embargo, al contrario que en los anteriores tres ejemplos, su jornada como futbolista no culmina tras la sesión matutina diaria. El jugador se dedica en cuerpo y alma al fútbol. Entre las claves para poder llegar a estas categorías, Jaime destaca tres: alimentación, constancia y descanso.

"Todas las tardes voy al gimnasio para poder estar en las mejores condiciones posibles. Además, el club nos facilita tener buena alimentación gracias a su convenio, que nos permite ir a una residencia a comer". Una rutina de la que no queda exenta su hueco nocturno para hablar con la familia, ver alguna serie o jugar a la consola con los amigos.

Es importante trabajar la cabeza y no tener miedo a visitar a un psicológo"

Sin embargo, por encima de cualquier preparación física, destaca la importancia de mantener una buena salud mental. "Es importante trabajar la cabeza y no tener miedo a visitar a un psicólogo. He trabajado con psicólogos aunque todo el mundo lo vea muy raro, y lo recomiendo mucho. Si la mente no te responde, las piernas tampoco".

Relacionado con ello, relata con perspectiva algunos de sus momentos más duros dentro del mundillo. Dos lesiones de gravedad tambalearon el sueño de ser futbolista en algún momento. "Si no fuese por las ganas, y mi fortaleza mental, no sé dónde estaría."

Como proyecto a futuro más allá del fútbol, Jaime se marca un objetivo muy claro: opositar para Guardia Civil. Eso sí, sin dejar la puerta cerrada a formarse como entrenador o preparador físico. Una posible salida que ya conoce bien después de su reciente labor como técnico dentro del fútbol base.

Después de más de 4.000 minutos en la categoría, muchos kilómetros cada año y dos lesiones graves, Jaime Márquez lo sigue teniendo claro: "el fútbol es mi sueño desde muy pequeño y quiero cumplirlo".

Jorge González 'Pesca'Proveedor de pescaderías

"El poder trabajar con mi padre me aporta muchas facilidades"

El despertador suena y las farolas de la calle todavía están encendidas. Luces muy diferentes a las de los focos de El Montecillo. Así arranca la jornada de Jorge González 'Pesca'. El zaguero blanquiazul combina el fútbol con el negocio familiar, relacionado con la pescadería.

"Me levanto a las 4:30 de la mañana y voy por las pescaderías de la familia para intentar seguir con el negocio. En Freshmar hacemos de lonja en los puertos pesqueros, para que los pescaderos de los pueblos nos vengan a comprar". Tras vender toda la mercancía posible en los pueblos de alrededor, es momento de bajar la furgoneta a Aranda para preparar el día en las pescaderías de la familia.

Sin embargo, la jornada tiene una breve pausa a las 10 de la mañana. "A esa hora, cambio el mono de trabajo por las botas de fútbol. Después de entrenar me vuelvo a poner los guantes para llevar la mercancía a las personas que no pueden desplazarse por diferentes motivos".

Relatado su día a día, no hay que ser un genio para saber de dónde viene el sobrenombre de 'Pesca' en el mundo del fútbol. A sus espaldas, una trayectoria deportiva envidiable. Tras enfundarse la camiseta de Valladolid, Villarreal y Alavés, Pesca dio sus primeros pasos como sénior en el Rayo Majadahonda y Guadalajara. Experiencia que le llevó hasta el Kapfenberg austriaco. Tras el erasmus en el extranjero, ha tenido hasta tres etapas en la Arandina. Entre medias, un breve paso por la S.D. Logroñés y un ascenso a 2ª RFEF con el Guijuelo.

Solo unos pocos privilegiados tienen las comodidades de los grandes equipos"

En cuanto a la realidad de este fútbol, Jorge prefiere referenciar a la persona que le abrió los ojos cuando aún militaba en las filas del Real Valladolid. "Tuve un preparador físico que nos concienció sobre la verdad del fútbol. Nos decía siempre que aprovechásemos lo que teníamos allí. Solo unos pocos privilegiados tienen las comodidades de los grandes equipos".

Ahora, a sus 30 años, goza de la posibilidad de compaginar un año memorable a nivel futbolístico, y de trabajar al lado de su padre, al que considera un auténtico referente en la vida. "El poder trabajar con mi padre me aporta muchas facilidades. Siempre había querido trabajar con él, y me ayuda para que pueda combinar las dos cosas".

Dicho todo, queda claro que no hay madrugón ni delantero que pueda con él. Con el orgullo de poder compaginar el trabajo familiar y defender el equipo de su tierra, Pesca representa una de las caras más realistas dentro del fútbol de corazón y barro.