Una normalidad en forma de raciones

JUNIOR VIEIRA
-

Miranda vivirá la XIX Semana del Pincho tras dos años de ausencia. 5 de los 21 bares participantes pasarán a la gran final, el 5 de abril

El bar Sopa de Ganso participa por quinta vez el concurso. - Foto: J.V.

Los paladares de los mirandeses volverán a vivir la XIX Semana del Pincho. Una ración de normalidad donde lo más gratificante reside en que «los clientes te digan lo bueno que está». Tras restricciones y limitaciones, la hostelería mirandesa ve como de nuevo se retoman tradiciones que nunca deberían haber parado. Hasta 21 establecimientos participarán en un concurso cuya gran final se celebrará el próximo 5 de abril en el Instituto Técnico Industrial. Más allá de ganar, el espíritu del certamen reside en «conseguir nuevos clientes que no conocen tu cocina o local».  

La calidad gastronómica no tiene porque medirse en el nivel de conocimiento que se tenga, sino en las ganas de aprender y trabajar. «Nosotros somos una cafetería, competimos contra cocineros de gran formación y experiencia», explica Naiara, propietaria del bar Cambio de Hora. Su pincho se trata de un falso risoto de calabacín con plancton marino , bacalao confitado y un aire de leche de coco y lima. Aunque no juegue con la baza de la veteranía detrás de los fogones, «se mete un poco de sorpresa en la presentación». Este ingenio le valió una mención especial del jurado hace unos años. 

Con la finalidad de utilizar ingredientes típicos de la ciudad, Pablo Salazar, cocinero del bar Plan B, elaborará un desmigado de delgadilla con pimiento choricero y tomate de Miranda. Todo acompañado de una salsa de pimiento najerano con reducción de chacolí de la ciudad. El chef participa por tercera vez y admite que «es mucho trabajo», pero «merece la pena», ya que «los comensales siempre son muy agradecidos». Más allá de que el pincho guste al propio jurado, asegura que lo importante se trata del «boca a boca». 

Julián coincide plenamente con este pensamiento. En el Café Botánico llevan  participando en esta actividad desde que abrió las persianas por primera vez y ha elaborado  un pan bao con un langostino en tempura y salsa agridulce. Además de una mayonesa con salsa de ostras. «Nuestro premio es vender pinchos», relata. Más en estos tiempos, ya que «los clientes se animan a salir y van haciendo ruta por los bares que participan». 

El itinerario del certamen también incluye el Bodegón del Gurugú. José Ignacio, uno de sus dueños, es un veterano en él y expresa que «el mejor premio es el del pueblo». Para ello han elaborado una costilla de frisona con una carne de steak tartar, acompañada de una mezcla de salsa de carrillera y salsa gurugú y sobre un pan brioche y unas patatas paja. 

Estas raciones ya han pasado por las manos de un jurado profesional el pasado 23 de febrero. Solo con la intención de «ver si hay alguna carencia o se puede mejorar y recomendar cambiarlo», asegura Pepe Rey, presidente de la Asociación de Hosteleros. Hasta cinco establecimientos se verán las caras el próximo 5 de abril en el ITM para que se decida quien se convierte en el mejor pincho del certamen. El afortunado no solo tendrá el privilegio de poseer dicho reconocimiento, sino que además  podrá optar a premios como dos entradas para vivir un partido de baloncesto del San Pablo Burgos en su palco VIP.