La modista que enseñó a coser a media comarca

I.P. / Solarana
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María Ángeles Angulo recrea escenas de viejos oficios de Solarana e instala los mosaicos en los edificios donde antaño se realizaron esos trabajos, como el taller de costura de Conce Barbadillo

María Ángeles y Conce miran el mosaico dedicado a esta última en su antiguo taller. - Foto: Miguel Ángel de la Cruz

Nadie habita ya las casas en las que hace décadas vivían el cura, los maestros, la modista, el herrero o el panadero. Solarana se quedó huérfana de esos profesionales y los inmuebles un día llenos de vida ven pasar el tiempo sin vecinos que residan en los mismos, salvo en algunos particulares en los que los hijos del pueblo que un día tuvieron que emigrar han invertido en su mejora y los ocupan fundamentalmente durante los meses de verano cuando regresan al 'nido'. 

Una de esas vecinas que gana el pueblo es María Ángeles Angulo que ha pasado el mes de agosto con su familia en la localidad del Arlanza. Se aleja esas semanas de Málaga, ciudad donde vive desde que se casó con un malagueño. Allí ya tiene el mar todo el año y además, prefiere septiembre para ir a la playa sin el agobio de tanto turista, por eso en agosto no renuncia a su pueblo, a su gente y a ese mar amarillo de los campos de cereal. 

Cada verano, cuando prepara las maletas para acercarse a la meseta, entre la ropa y bien envueltos, María Ángeles carga con varios trabajos de cerámica, fruto del trabajo en el taller de manualidades al que acude tres días a la semana. Así se ha ido haciendo con un pequeño tesoro artístico de jarrones, paragüeros, bandejas y cuadros de mosaicos en los que representa esos viejos oficios o los servicios que se prestaban en el pueblo tiempo atrás. Los mosaicos los ha colocado en las fachadas de los inmuebles donde se desarrollaban esas labores o donde hay relación con los mismos, de tal manera que Solarana va camino de convertirse en un museo de cerámica al aire libre que cuenta la historia viva de los trabajos y costumbres de décadas pasadas.

En la fachada de su misma casa ya luce la representación del panadero, en homenaje a la profesión que desempeñó su padre, primero en el propio pueblo y más tarde en Bilbao donde emigró la familia cuando María Ángeles apenas tenía 6 años. También en el viejo lagar de la familia, ocupando el espacio de una vieja ventana tapiada ha instalado el cuadro de cerámica que recuerda cómo antaño se elaboraba el vino.

A medida que los vecinos de Solarana iban viendo a María Ángeles adornar las casas con esos vistosos mosaicos cerámicos, han llegado incluso los encargos personales. Como el que le hizo Fermín Briones, el que fuera alcalde de la localidad y que falleció hace unos años sin poder ver el regalo de su vecina. Pero en la fachada de la casa en la que vivió, en la entrada del pueblo, luce un hermoso homenaje a los herreros, oficio al que se dedicó la familia del regidor fallecido. En la casa de los 'Conrados' lucen los albañiles para que no se pierda la memoria de que ahí viven vecinos que trabajan en la construcción.

Concepción Barbadillo fue modista de joven, su casa era una 'escuela' donde aprendieron a coser no solo mujeres de Solarana sino de muchos pueblos de la comarca del Arlanza. También emigró y siguió desempeñado ese trabajo durante décadas. Hoy, a sus 103 años -cumplirá 104 el 16 de noviembre- ha podido emocionarse al ver que una de las ventanas de aquel taller de costura recuerda que dentro ella hacía patrones y cosía con aquella vieja máquina Singer. El mosaico fue también un regalo de María Ángeles que cada vez que pasaba por la casa y venía esa ventana tapiada, pensaba en hacer un cuadro recordando ese trabajo de corte y confección. Y fue una grata sorpresa porque la hija de Conce, María Briones, había tenido la misma idea y pensaba hacerle el encargo a la artista.

Miguel Izquierdo fue pastor y también tiene colgado, en el salón de su casa, no en la fachada a la vista de los vecinos, un hermoso cuadro en el que se le ve a él con su rebaño de ovejas y la iglesia de Castrillo Solarana al fondo.

El último cuadro de cerámica que se ha instalado en el pueblo es más personal y luce en la que fuera la casa parroquial donde vivió durante casi 15 años del cura de Solarana y algunos pueblos más de la zona. El hoy obispo de Mondoñedo (Lugo), Fernando García Cadiñanos, es el protagonista y él mismo ya lo conoce e, incluso, se ha fotografiado junto a él. Fue a primeros del mes de agosto cuando García Cadiñanos se desplazó a Solarana ex profeso para bautizar al nieto de María Ángeles. Esta, pero también todos los vecinos del pueblo, sienten un enorme cariño por el que fuera su párroco «y más que eso, amigo», dice María Ángeles que destacan la cercanía que siempre tuvo con sus feligreses. 

Otra cerámica del mundo del vino cuelga en una bodega en el vecino pueblo de Castrillo Solarana; a su propietario le gustó la que decora el viejo lagar de la familia de María Ángeles y le pidió una para su negocio, a lo que la artista de Solarana acepto encantada y gratis, «porque yo no puedo cobrar por estos trabajos al hacerlos en una entidad sin ánimo de lucro, eso ya se lo digo a todos los que me hacen encargos; yo encantada de todos modos», puntualiza.

Cuando, con el otoño la artista regrese a sus clases de cerámica le esperan varios proyectos más. El primero será un homenaje a los maestros rurales para seguir con un cuadro sobre las labores agrícolas, a las que se han dedicado fundamentalmente los vecinos del Arlanza, y finalmente, otro dedicado al médico. Serán los cuadros que meta en la maleta cuando en agosto de 2023 regrese al pueblo. 

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