Una cepa 'valenciana' del virus estaba en Burgos en febrero

H.J.-G.G.U.
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Tres muestras tomadas a principios de marzo y que el Instituto Carlos III ha relacionado con otras halladas en Valencia demuestran que la circulación era un hecho hace más de un mes

Una cepa ‘valenciana’ del virus estaba en Burgos en febrero - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

No éramos todavía conscientes, pero el SARS-CoV-2 se estaba extendiendo por la provincia de Burgos a lo largo del mes de febrero a través de una cepa de origen valenciano. Así lo han confirmado hasta tres muestras tomadas en el Complejo Asistencial Universitario de Burgos en los días 1, 3 y 4 de marzo cuyo genoma logró secuenciar el Instituto Carlos III.

Los datos se han hecho públicos a través de una herramienta de colaboración científica denominada Nextstrain, que permite visualizar la evolución de la pandemia a lo largo del mundo partiendo de las pequeñas mutaciones del virus y del árbol filogenético que va dando como resultado.

Los científicos españoles participantes en el proyecto han diseñado en los últimos días una herramienta adaptada a la realidad española que todavía está en fase de construcción, pero que ya esboza incluso un mapa de conexiones entre los genomas secuenciados, y en él se aprecia la conexión burgalesa con Valencia y, de forma posterior, con otra rama detectada en los hospitales de Madrid.

En concreto, en Burgos se han localizado las divergencias del virus denominadas técnicamente 2.341 e-4 y 2.675 e-4. Presentan entre sí mínimas variaciones y salen de una rama común analizada pocos días antesen el Servicio de Microbiología del Hospital General Universitario de Valencia, que a su vez tenía ‘antepasados’ en Madrid.

Juan Ayllón, director del Área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Burgos, explica que Nextstrain "permite estimar qué evolución temporal y geográfica ha seguido la epidemia atendiendo a cómo pequeños cambios se van superponiendo en el genoma del virus".

De esta forma, los científicos pueden "calcular la velocidad a la que se producen esos cambios y por tanto también estimar en qué momento hubo un tipo determinado de virus circulando, aunque no lo hayamos encontrado físicamente". 

(Más información, en 40 páginas en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)