La renovable que no luce

H.J.
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Hay 35 minicentrales hidráulicas en territorio burgalés pero suman una producción ínfima

Salto del Ebro en la central de Trespaderne, la más potente de todas las de la provincia. - Foto: Jesús J. Matías

La burgalesa es una provincia con lluvias abundantes (salvo cuando arrecia la sequía) y ríos generosos, pero carece de grandes pantanos descontando el recién construido de Castrovido y el del Ebro y sobre todo de saltos de agua concebidos para la producción hidroeléctrica. Por eso las centrales hidráulicas situadas en Burgos son las hermanas pequeñas de la energía renovable.

Entre todas ellas suman una producción ínfima en comparación con la eólica, pues solo produjeron 138.000 megavatios hora frente a los 4,6 millones de los eólicos. Y muy pronto quedarán superadas con creces por los proyectos solares en ciernes. Hay que tener en cuenta que Castrovido está preparada para poner en marcha una central con capacidad para abastecer a más de 5.600 habitantes. Cuenta con una especie de 'preinstalación', pero por el momento no estará operativa y para su arranque será necesario una inversión extra para la que tampoco hay calendario.  

En la actualidad, el territorio burgalés se encuentra jalonado con 35 centrales en explotación, según los datos facilitados por el Gobierno de España a una pregunta de los diputados burgaleses del PP en un momento de especial preocupación por la crisis energética que vivimos. 

Coincide además que a mediados de febrero este periódico reveló el proyecto para construir una gran central hidroeléctrica reversible en los Montes Obarenes, que consistiría en bombear agua de una balsa en Santa Gadea del Cid a otra en Cubilla de la Sierra para luego convertirla en electricidad al soltarla en sentido inverso. Frente a ella ya ha expresado su rechazo el Ayuntamiento de Partido de la Sierra en Tobalina por motivos medioambientales.  Y pocos días después, a primeros de marzo, se hizo pública otra iniciativa también para una central reversible de notable potencia entre Oña, Salas de Bureba y Poza que aprovecharía el desnivel entre el Páramo de Masa y Encinilla.

Entre las que hoy funcionan, la más potente de las 35 centrales existentes es la de Trespaderne, que aprovecha el desnivel de un canal afluente del Ebro, con solo 15.200 kilovatios de potencia frente al millón que superan, por ejemplo, las dos presas salmantinas de Aldeadávila de la Ribera.

En miranda y aranda. Le sigue por orden de potencia la presa de Quintana, en el Valle de Tobalina, que también depende de Iberdrola y que tiene 7.800 kilovatios de potencia instalada. La tercera sería la minicentral de Cabriana, a las afueras de Miranda de Ebro, y finalmente encontramos la de la Virgen de las Viñas, dos kilómetros aguas arriba de Aranda de Duero. La provincia cuenta incluso con una central cuya concesión ya está caducada desde

Hace muchos años. Se trata de la situada en Villasuso de Mena, cuyo plazo se acabó el 1 de julio de 2005.

A lo largo de los últimos años la producción de las centrales burgalesas ha fluctuado enormemente, dependiendo de las precipitaciones y por tanto del cauce de los ríos. Los citados 138.000 megavatios de 2021 son también un récord, aunque de impacto modesto, frente a los 72.000 del ejercicio anterior y a las 84.000 de 2018.