Beatriz desconecta el traductor de Google

Ó.C.
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Una alumna del IES Montes Obarenes, de 17 años, alcanza la final del concurso nacional de griego clásico. Además, habla rumano, inglés y francés y ha empezado a estudiar alemán

Beatriz Ionela, junto a su profesor de Griego, José Ignacio Riaño. - Foto: O.C.

Hay personas con facilidad para los idiomas y, si suman interés más allá de lo académico, surgen casos como el de Beatriz Ionela. Esta joven de 17 años estudia 2º de Bachillerato en el IES Montes Obarenes. Aprendió rumano desde la cuna, pronto sumó el español, se maneja con nivel alto en inglés y francés y ha comenzado con el alemán. Por eso, tiene claro que se matriculará en Traducción e Interpretación, pero antes aspira a ganar un concurso nacional de griego.

Su nivel en esta asignatura la sitúa entre las mejores alumnas de España. No es una afirmación si base, ya que ha alcanzado la fase final del Concurso de Traducción Parnaso, que organiza la Sociedad Española de Estudios Clásicos. Su profesor de Griego, José Ignacio Riaño, aclara que solo falta la valoración última y confiesa su asombro por la capacidad de Ionela.

«Lo que yo quiero es aprender y este era mi objetivo», afirma la joven que acumula emociones en los meses que ha dedicado a preparar este examen, «en el que estuve concentrada como no lo había estado nunca». La alumna muestra su pasión por los idiomas. «Con ellos siento que estudio a la gente, porque cada uno aporta una forma de ver el mundo y con el griego clásico veo la concepción de la realidad que ellos tenían».

Ionela tiene claro que los idiomas forman parte de su camino, pero no siempre ha sido así. En el primer curso de Bachillerato empezó con una rama diferente «con matemáticas, porque pensaba en tener buenas salidas y me planteé ir a económicas». Sin embargo, un trimestre le bastó para darse cuenta del error y giró hacia su vocación.

Con el tiempo la decisión ha visto que «era la opción correcta» y prepara mentalmente su traslado a Granada. «Me parece que tiene la mejor oferta lingüística y es lo que me apetece porque si quiero estudiar neerlandés o ruso quiero tener la oportunidad».

Su profesor explica la pelea que tienen por mantener la asignatura de Griego. «Estas cosas son un aliciente para que Miranda mantenga esta opción, porque el Montes Obarenes es el único centro que lo ofrece», explica Riaño, quien aclara que «sería una pena perder esta opción porque cerraría puertas a los alumnos», recalca.