La patronal FAE, en colaboración con la Empresa Nacional de Residuos (Enresa), esta ultimando la creación de un registro especial que permitirá y facilitará a las empresas burgalesas presentarse y optar a la licitación de los diferentes proyectos de obras y servicios previstos dentro del desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña. El objetivo de esta medida, que conlleva el apoyo a las interesadas en los permisos, certificaciones y trámites administrativos y telemáticos, es que haya una alta participación empresarial local en unos trabajos que se estiman que se prolongarán durante los próximos 15 años.

La confección de este registro fue uno de los temas abordados durante el encuentro que la pasada semana mantuvieron representantes de FAE y de Enresa en las instalaciones de la central nuclear de José Cabrera. En la visita a Zorita, que afronta la última fase de su desmantelamiento (la demolición de sus edificios), participaron una delegación de la patronal encabezada por su presidente, Miguel Ángel Benavente, así como integrantes del comité ejecutivo y diversos representantes de empresas de Burgos y Miranda de Ebro, vinculadas a la consultoría y servicios medioambientales, constructoras, servicios de seguridad y limpiezas, laboratorios de análisis, entre otras.

La parada técnica definitiva de Zorita se produjo en el año 2006 y la total desaparición de estas instalaciones nucleares -salvo el almacén temporal de residuos radiactivos que permanecerá en el entorno hasta tener un emplazamiento definitivo- se espera en el horizonte de los años 2025 o 2026. Lo que fue la primera central nuclear española se transformará en el futuro en un gran parque fotovoltaico.

En la comparativa, Garoña paró máquinas en diciembre de 2012 y los trabajos de desmantelamiento comenzarán en el momento en el que la propietaria, Nuclenor, traspase las instalaciones a Enresa, paso que necesita la autorización del Consejo de Seguridad Nuclear y que se espera en los próximos meses.

La duración de los trabajos en Santa María de Garoña pueden prolongarse por un espacio de hasta 15 años, según las estimaciones barajadas por FAE y Enresa. En Garoña, apuntan, se moverán el doble de residuos que en Zorita, superando las 200.000 toneladas.

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