El Santiago Apóstol rebaja la espera en Dermatología

Ó.C.
-

La cifra alcanzó las 1.800 personas en una especialidad que desde marzo de 2019 no tiene médicos en el hospital de Miranda. Por eso se externalizó, lo que sirvió para atender 1.171 casos, pero el contrato ha finalizado

La lista de espera en Dermatología baja 998 pacientes

El servicio de Dermatología del hospital continúa sin encontrar facultativos para ocupar, al menos, una de las dos plazas reservadas para esta materia. La especialidad sufre una carencia de médicos, no solo en Miranda, y el responsable del centro comarcal, Arsenio Besga, confiesa que en la actualidad 998 personas aguardan su cita. La cifra ha alcanzado cotas muy superiores y llegó a rozar los 1.800. Ante la imposibilidad de cerrar la contratación de  profesionales, los pacientes se derivaron a una clínica privada de Vitoria, aunque ahora el contrato ha finalizado.

La solución de externalizar el servicio recibió muchas críticas, aunque en el centro se tildó a esta alternativa de "transitoria". Con el paso del tiempo, el gerente defiende los resultados porque 1.171 vecinos pudieron ser atendidos. "Esto no ha sido un capricho y sino se les hubiera visto seguirían en la lista de espera, que sería mucho más alta", recalca Besga, que a partir de ahora reconoce que a los continúan como pendientes "no se les ha dado un día porque no tenemos dónde, lo que hace que no tengamos ninguna agenda abierta".

El convenio estuvo vigente desde "el 28 de mayo de 2019", aclara el gerente del centro mirandés, que recuerda que arrancó poco después de que el Santiago Apóstol se quedará sin dermatólogas. La clínica Quirón de Vitoria presentó la mejor oferta para hacerse cargo de los pacientes de Dermatología de Miranda, y con la empresa privada se firmó un contrato que superaba los 170.000 euros.

El punto y final se puso al terminar octubre y en la dirección del hospital comarcal admiten que el acuerdo no se ha renovado, "porque la clínica tampoco tenía mucho interés en prolongarlo". En la dirección, asumen que "nos hubiera venido bien seguir un poco", pero en estos momentos ya se piensa en otras alternativas, para evitar que los mil pacientes que están a la espera de recibir una cita queden en el olvido.

Al margen de las personas que han pasado por la consulta de la capital alavesa, Besga reconoce que el hospital  "ha hecho un proceso de filtrado y selección" dentro de los expedientes que no se pudieron comprobar gracias a la relación público privada. Gracias a este análisis y las citas contabilizadas en Vitoria, el número de pacientes ha caído por debajo del millar. El problema ahora está en qué camino tomar para que el incremento no llegue a los niveles de hace un año.

Colaboraciones. Sobre la mesa se estudian ahora soluciones como las colaboraciones con centros más grandes. La alternativa que ocupa el primer lugar concierne al hospital de Burgos. "Nos quieren echar una mano pero tampoco están muy bien de médicos en esta especialidad, porque están por debajo de la plantilla que tienen", afirma Besga, que aclara que tanto en la capital como en el centro comarcal se tiene claro que "algo hay que hacer". Por el momento, confiesa que "no hay nada concreto", aunque perseveran en los contactos para que esta hipótesis se convierta en realidad, sobre todo para los pacientes que puedan revestir mayor gravedad y que no tengan tanto tiempo de espera.

Junto a la baza del HUBU, también se planteó la posibilidad de firmar un convenio con el servicio de salud del País Vasco, para desplazar los pacientes de Miranda a Txagorritxu, en Vitoria.  Esta representaba otra vía "pero cuando vino el coronavirus todo se congeló porque fue justo antes de empezar con la pandemia". Aún así, en Miranda todavía ven posible esta colaboración, que en cualquier caso habrá que desarrollar.

Más allá de estas ayudas, Besga reitera que la solución ideal pasa por encontrar profesionales dispuestos a venir a Miranda para ocupar una de sus dos plazas. Como ha sostenido en más de una ocasión, el gerente afirma que "si alguien me trae un dermatólogo a mi despacho sale contratado, porque las dos vacantes están ahí y este puesto equivale a un indefinido", por lo que Besga manifiesta que la falta de estabilidad no representa un motivo para no hallar una solución.