En plena campaña para conseguir que salga adelante alguna de las enmiendas a los PGE a favor del tren Directo, la plataforma que defiende la reapertura de la línea se ha encontrado con otro obstáculo que, en esta ocasión, surge en la capital burgalesa en la persona de su alcalde, el socialista Daniel de la Rosa. Como primer edil de Burgos, participaba la pasada semana en un encuentro con más de 50 alcaldes en el que se adhería a un manifiesto para apoyar el impulso al ramal central de los Corredores Mediterráneo y Atlántico, con el objetivo de comunicar por vía férrea el sur con el centro y norte del país.

Un posicionamiento que desde la Plataforma por el Directo califican de "vergonzosa" porque "se ha apoyado el corredor central, pero no por el Directo, sino por Zaragoza", corrigen. "No puede ser que en numerosas ocasiones haya defendido el corredor central pasando por la línea del Directo y ahora se sume a un nuevo lobby impulsado por Algeciras en defensa del corredor central pasando por Zaragoza", critica Jorge Núñez, presidente de la Plataforma por el Directo, que añade que "parece haberse olvidado de que corredor natural, que es por Burgos, está apoyado con nada menos que 15 cámaras de comercio y tres autoridades portuarias; máxime cuando este corredor por Zaragoza excluye a Burgos y todos los intereses con los que este alcalde se ha labrado su cargo", concluye su queja.

De la Rosa manifestó en esta reunión telemática que el ferrocarril es "absolutamente necesario para fijar población en un territorio muy despoblado como el nuestro", haciendo hincapié en que "la logística va a ser un sector económico estratégico y Burgos tiene una situación privilegiada que adolecía por una apuesta decidida por este ramal", aplaudiendo la unión de ciudades, agentes económicos como las cámaras de comercio o autoridades portuarias para con esta reivindicación.

Unos apoyos con los que ya cuenta la reapertura de la línea del Directo. Desde la plataforma confían en que PSOE y Podemos cambien de postura a la hora de "demostrar el apoyo que llevan años defendiendo" al votar las enmiendas a los PGE, que de no materializarse lo considerarían "un veto por parte del PSOE que pretende paralizar el proyecto después de que paradójicamente, durante muchos años ha estado defendiéndolo cuando ha estado en la oposición del gobierno central".