La familia de una mujer de avanzada edad, Alejandra Barrio Santos, ha presentado una queja en el Servicio de Atención al Paciente del Hospital Universitario de Burgos por el trato, según ellos «nada considerado», que el Servicio de Neurología prestó semanas atrás a esta paciente tras ingresar por un accidente cerebro vascular en el hemisferio izquierdo.

Tal y como relatan los hijos de la mujer en el escrito presentado en el HUBU, Alejandra, que «disfrutaba de una buena calidad de vida y buena salud y conservaba cierta autonomía», sufrió tras recibir la segunda vacuna de Pfizer el pasado 18 de marzo, episodios de inestabilidad, mareos e incontinencia. La situación se agravó pasada una semana de la inmunización, cuando su cuidadora la encontró «orinada, balbuceando y sin fuerza en brazo y mano derecha». La anciana fue llevada al hospital, donde ingresó a las seis de la mañana y se le diagnosticó un accidente cerebro vascular. Los doctores le cambiaron la medicación y apenas cinco horas después, a las 11.15 horas, «se le dio el alta exprés ante la sorpresa e incredulidad» de la familia, quien pidió que se la dejara al menos 24 horas en observación para evaluar la reacción a la nueva medicación.

«Mi madre salió del hospital en peores condiciones de las que entró, con la cara torcida, sin poder hablar, con el brazo y mano derecha inválidos y la pierna derecha arrastras sin poder dar un paso», se queja su hijo en el escrito, tras lamentar la «falta de empatía» de los profesionales que la atendieron y mostrar su malestar por la «falta de consideración respecto a la familia», que según manifestaron, tuvieron que «organizarse y adaptarse a la nueva situación de forma precipitada».