Querer es poder, aunque ese poder diste más que un trecho de lo soñado. La Asociación Provincial de Libreros deseaba mantener su Feria del Libro y, aunque a años luz de la inicialmente pretendida, la han sacado adelante con, en palabras de su presidente, Álvaro Manso, alta participación de público, una venta razonable y una total implicación por parte de las librerías. 

18 establecimientos se sumaron a la convocatoria que, pospuesta en primavera, su fecha habitual, cruzaba los dedos para poder realizarla este mes de noviembre con un formato similar al tradicional. La evolución epidemiológica se disparó y tuvieron que suprimir la cita en San Juan y el programa de actividades limitándose a festejarla en los locales, con el 5% de descuento y el sorteo de cinco vales de 100 euros cada uno, y en las redes sociales, con recomendaciones literarias diarias de los libreros. 

«Estamos contentos. La respuesta de la gente ha sido excelente una vez más. Ha habido bastante jaleo durante todos los días y el último viernes y sábado han sido muy buenos», anota Manso y enumera como claves del éxito el sorteo, la campaña de bonos al consumo del Ayuntamiento, «que ha tenido en las librerías uno de los puntos de más canjeo», y la elección de unas fechas que han dado el pistoletazo de salida a la campaña navideña. «El 90% de las compras de esta semana era para regalo», calcula y observa que, de esta manera, consiguen también espaciar en el tiempo esas compras festivas. 

«Tenemos que insistir en que es necesario alargar las campañas de Navidad para que todos estemos más tranquilos respecto a los aforos y las medidas de seguridad. Interesa que se pueda entrar en los sitios y la gente haga las compras con tranquilidad. Si se concentra como otros años, será imposible», resalta el presidente de los libreros, quien, con todo, se queda con la espinita de no haber podido desarrollar el programa de actividades y crear ese ambiente de encuentro en que siempre se erige la Feria del Libro.