Desde hace años el sector de la automoción está inmerso en un profundo cambio de modelo. La deriva hacia una movilidad sostenible y mucho más respetuosa con el medio ambiente se inició con la comercialización de los primeros vehículos híbridos a principios de siglo. El proceso iba poco a poco cumpliendo hitos hasta que el estallido de la pandemia hizo que acelerase de manera exponencial. Hoy en día las matriculaciones de vehículos híbridos, eléctricos y los impulsados por gas en Burgos son el doble de las de los coches diésel y casi las mismas que las de los gasolina, algo impensable hace un lustro.
A lo largo del pasado año los concesionarios de la provincia registraron 3.650 ventas de coches: del total, cerca de 1.400 tuvieron como protagonistas a híbridos, eléctricos y de gas, un aumento notable si las comparamos con las 992 del curso del estallido de la pandemia y las 899 del 2019. Los datos que recoge mensualmente la patronal Faconuato dejan, por otro lado, 1.602 matriculaciones de vehículos con un motor de gasolina -apenas 200 menos- y 653 de modelos diésel, la mitad. Estos datos indican que del total de transacciones efectuadas por los puntos de venta, apenas el 18% corresponden a coches que emplean gasoil, el 44% a los gasolina y el 38% a los híbridos, eléctricos y de gas.
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