20 minutos de coraje y rebeldía

J.C. MORENO
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El Burgos CF remonta en la segunda parte con goles de Elgezabal y Curro. El FC Andorra fue muy superior en la primera parte, pero se vio sometido por el empuje y las ganas del equipo burgalés y su afición

Artola y Bermejo presionan a un jugador del Andorra. - Foto: Christian Castrillo

El esperado duelo de estilos se lo llevó el Burgos. Y lo hizo en 20 minutos magníficos de la segunda parte, en los que su coraje, su ambición y su fe le llevaron a culminar una brillante remontada. Hasta entonces el Andorra había impuesto su fútbol exquisito, a ratos espectacular, que tuvo contra las cuerdas al cuadro de Calero durante toda la primera parte. Pero en la segunda, el otro fútbol, ese que mejor representa el Burgos, sometió al Andorra y lo dejó por momentos aturdido. Cuando quiso reaccionar ya iba perdiendo por 2-1 y el Burgos, con un sufrimiento lógico y con un gran José Antonio Caro, supo amarrar tres puntos muy importantes. Hacía demasiado que el Burgos no ganaba en su campo, desde el 29 de octubre, y los tres puntos de ayer quitarán presión a los hombres de Calero, que ascienden a la cuarta plaza de la clasificación.

La jornada no comenzó bien. Miki Muñoz, Mumo, se caía de la convocatoria por una inoportuna gripe y dejaba el centro del campo con lo justo, es decir, el renqueante Unai Elgezabal y el todo terreno Raúl Navarro, con Mumo enfermo y Atienza sancionado.

Quizás por ello Julián Calero introdujo una novedad táctica, sacó a dos delanteros, Valcarce y Artola, con Bermejo y Curro por las bandas. La propuesta parecía atractiva, incluso valiente.

Pero nada más comenzar el encuentro se vio que iba a hacer falta algo más que voluntad y valentía para sacar adelante el partido. El FC Andorra salió como se le esperaba, mandón sobre el campo, incluso autoritario. Cogió el balón e hizo lo que quiso con él. No abusó de las posesiones muy largas. Por el contrario, respondió a la presión alta del Burgos con combinaciones rápidas y transiciones veloces, aprovechando dos extremos como Germán y Almpanis.

El Burgos estaba aturdido, cometiendo errores impropios. Intentó sacudirse el dominio del rival, un Andorra que cumplía el guión anunciado. Pareció conseguirlo en el minuto 29, cuando Bermejo robó un balón, lo cedió sobre Valcarce, pero su disparo lo detuvo sin problemas Lizoain.

El Andorra manejaba el tiempo del partido, lo tenía de cara, ante un Burgos cada vez más encerrado en su área. Y así llegó el gol, una magnífica combinación entre Moha y Almpais que acabó con un gran gol de este último. Era el minuto 39 y el Burgos estaba tocado. La llegada del descanso fue un bálsamo. Había que recuperar fuerzas y, sobre todo, analizar y reconducir el juego. El plan de la primera parte no había salido.

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