Lorenzo Domínguez Franco tiene un día y llegó ayer a este mundo a toda velocidad. Tanto, que lo hizo en un Audi A4, el coche de su abuelo. Su madre y su padre iban a trasladarse al Hospital Universitario de Burgos (HUBU) para vivir, sufrir y disfrutar de un alumbramiento convencional, rodeados de los medios y de los profesionales de la especialidad. Pero no hubo tiempo.
Lorenzo tenía tanta prisa que, para desconcierto e inquietud de sus progenitores, asomó la cabeza al llegar al coche y en pocos minutos salió entero allí mismo, aparcado en una pequeña calle perpendicular al Paseo de la Isla, a la altura de la fuente del Parque de la Isla, ante el edificio Beyre.
Leticia Franco Martín, la madre, es enfermera en el propio HUBU y supo gestionar con cierta serenidad tan acelerado alumbramiento. El padre, David Domínguez García, trabaja de arquitecto y fue el encargado de, manteniendo el tipo dentro de un mar de nervios, ir haciendo lo que por intuición y por el teléfono le indicaban los sanitarios pediátricos.
(El reportaje completo, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)