En la temporada destinada a que Karim Benzema levante el Balón de Oro, en la que Vinícius ha dado un paso al frente como uno de los cinco mejores jugadores de Europa, en la que Tchouaméni, llegando de puntillas, ha asumido la gran responsabilidad de sustituir a Casemiro en el centro del campo… Fede Valverde, 'Pajarito' como le apodan desde que apenas levantara un palmo del suelo, se ha destapado como uno de los jugadores más trascendentes en el resultado final en todo un Real Madrid campeón de la Liga de Campeones. 

El uruguayo finalizó la pasada campaña en un estado físico formidable y siendo protagonista asistiendo a Vinícius en el gol que le dio a su equipo la decimocuarta 'Orejona' ante el Liverpool. Su magistral progresión no se ha visto frenada tras el período estival, es más, su curva de crecimiento ha aumentado respecto al año anterior.

El 'charrúa' ha participado en los nueve encuentros que el cuadro merengue ha disputado en la actual temporada y solo fue suplente en uno, ante el Betis, donde Carlo Ancelotti decidió darle algo de descanso antes de afrontar dos semanas con cuatro partidos por el comienzo de la Champions. 

En los 701 minutos que ha estado sobre el terreno de juego, ha visto puerta en cuatro de ellos, tres en LaLiga (Celta, Mallorca y Atlético) y uno en la máxima competición europea (Leipzig). Valverde ha marcado en los últimos tres duelos que ha jugado con el conjunto de Chamartín, ubicándose así en la mejor racha realizadora desde que llegó al equipo.

Los números son escandalosos. En 148 compromisos con la camiseta blanca hasta la campaña pasada solo había hecho seis tantos. Ahora, con 157, ha elevado la cifra hasta los 10. Con solo dos dianas más habrá igualado en muy pocas citas la marca histórica que tenía con el Real Madrid en el momento en el que levantó la Liga de Campeones.

Pero la versión totémica que el 'Pajarito' está mostrando en las últimas fechas no solo está relacionada con el apartado goleador, sino también con el juego. Ancelotti encontró su dibujo, su equipo titular que se recita sin error alguno, cuando logró ubicar a Valverde en su posición ideal.

Con Vinícius desbordando por la izquierda, la banda derecha del bloque merengue en los últimos años no ha tenido un dueño fijo y, sobre todo, ha carecido de la misma mordiente ofensiva que en el costado contrario. El entrenador italiano dio con la tecla cuando posicionó al jugador uruguayo en esa demarcación, ya que este acierto equilibró todo el juego del equipo.

La asimetría de las bandas en el Madrid es un arma que destroza al rival. 'Vini' es muy dañino por su vértigo en la izquierda, pero por la derecha Valverde desaparece y aparece cómo y cuando quiere, dejando a veces espacios para la subida del lateral o para la incursión de alguno de los interiores del centro del campo.

'falso extremo'

El 'charrúa' se ha convertido en un 'falso extremo' que ha otorgado armonía al 4-3-3 de su equipo. Su polivalencia aumenta cada año, ya que, aunque en estos momentos cumpla su rol escorado hacia un costado, el sudamericano es, en esencia, un mediocampista, un volante con una grandísima capacidad para romper líneas en conducción de balón. De ser un interior con cierto sacrificio a la hora de realizar esfuerzos sin la posesión y sin una excesiva valoración con el cuero en los pies, el 'Pajarito' ha modificado por completo su perfil futbolístico.

Este último aspecto lo demostró en el tanto del 1-1 ante el Mallorca en el Santiago Bernabéu. En un alarde de descaro y pasión, Valverde se cosió la pelota a los pies y no la soltó hasta llegar a la frontal del área contraria para despegársela con un zurdazo inapelable a la escuadra de la portería 'bermellona'. Una jugada que define el excelso momento de forma de un futbolista que, a sus 24 años, es un engranaje clave en el Real Madrid.