El Ayuntamiento se enfrenta a una retahíla de expropiaciones

J.M.
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La sentencia de las traseras del Juan de Vallejo contagia a otros propietarios y fuerza al Ayuntamiento a comprar un solar en la calle Corazas y en Felipe de Abajo

Por este solar de Felipe de Abajo se pagarán 50.000 euros. - Foto: Valdivielso

El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) se ha convertido, en uno de sus puntos, en una amenaza contra la salud de las arcas municipales. La sentencia que obligó al Ayuntamiento a cumplir con sus propias normas urbanísticas para quedarse con un solar en desuso en las traseras del colegio Juan de Vallejo (en la calle Manuel Altolaguirre) ha generado un efecto contagio y otros propietarios de suelo ubicado en lo que se definen como «actuaciones aisladas de expropiación» han decidido seguir el mismo camino y al Consistorio capitalino no le ha quedado otra salida que darles la razón y comprar.

Tras la compra del solar de Gamonal que ha obligado a pagar alrededor de 9 millones de euros a sus antiguos propietarios, el Ayuntamiento ha tenido que asumir ahora la compra de una pequeña parcela de 350 metros en la calle Corazas (junto a la muralla) por la que pagará 45.000 euros y de otro solar en las traseras del número 37 de la calle Felipe de Abajo por la que abonará otros 50.000.

Si bien los 100.000 euros de estas dos compras no ponen en riesgo las finanzas municipales, en el número 1 de la Plaza Mayor existe la preocupación de que ese contagio se continúe extendiendo y propietarios de suelo de mayor valor y contemplados en el PGOU como terrenos a expropiar decidan acudir a la Gerencia de Urbanismo para preguntar qué hay de lo suyo.

Y aquí, las cifras empiezan ya a ser incluso mareantes ya que el documento urbanístico de referencia contabiliza hasta 40 parcelas o terrenos que deben pasar a ser de dominio público.

El Ayuntamiento, en una estimación de parte, calcula que hacerse con todos esos terrenos le exigiría un desembolso de algo más de 18 millones de euros. Pero una cosa es lo que la Administración cree que debe de pagar y otra cosa es la realidad. Prueba de ello es que en Manuel Altolaguirre tasaba el valor de la parcela en algo más de 2 millones de euros y finalmente los tribunales multiplicaron esa cifra casi por cuatro.

En el caso de la compra de la calle Corazas, la adquisición de esa parcela le permitirá al Ayuntamiento adecentar un espacio céntrico y poner en valor una muralla que en ese tramo presenta un aspecto muy descuidado.

En el caso del solar ubicado en el número 37 de la calle Felipe de Abajo, el Ayuntamiento se quedará con unos terrenos situados en las traseras de una vivienda que están ocultos a la vista de los viandantes y que quizá en algún momento ha podido tener uso como patio del inmueble contiguo.

El PGOU, en cualquier caso, justificó su expropiación en 2014 en que el Ayuntamiento podría mejorar la integración paisajística hacia el Cerro del Castillo.

En ambos casos, la negociación entre el Ayuntamiento y los propietarios no ha generado mucha discusión ya que los dueños de los terrenos, también conocedores de que el planeamiento urbanístico no les permite actuar en ellos, han aceptado la valoración que ha realizado la arquitecto de la Gerencia de Urbanismo y ya solo queda pagar. Previsiblemente antes de que finalice este año.

Nada se sabe, sin embargo, de otras propiedades pendientes de expropiación y por las políticamente sí se ha expresado por las diferentes corporaciones el interés porque el Ayuntamiento las adquiera a la mayor brevedad posible. Es el caso, por ejemplo, del inmueble que se quiere demoler en la calle Santa Clara para establecer una conexión viaria entre Doctor Fleming y Progreso y desde ahí llegar a la calle Santa Cruz y al bulevar. Habrá que esperar.