«El público de Miranda ha estado por encima de los gestores»

ARSENIO BESGA
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ENTREVISTA | Asier Puga dirigirá por última vez a la Orquesta de Cámara Gregorio Solabarrieta este sábado. Asegura que en 5 años han logrado «crear una agrupación de gran calidad», pero explica que «no ha sido fácil» y demanda más «apoyos»

Asier Puga, director de la Orquesta de Cámara Gregorio Solabarrieta. - Foto: Javi Yond

La Orquesta de Cámara Gregorio Solabarrieta vuelve el sábado, a las 20:30 horas, al Teatro Apolo. Durante sus 5 años de vida ha contado con la dirección de Asier Puga, un mirandés con gran prestigio nacional y que, ahora, dejará el grupo. Esta cita será la última en la que tome la batuta de un colectivo «de gran calidad» que no siempre lo tuvo «fácil», según el propio Puga. En este sentido, opina que «el público ha estado muy por encima de quienes gestionan ciertas áreas de la vida cultural y política».

¿Cómo será su próxima actuación?
Hemos querido rememorar uno de los primeros conciertos que realizamos hace cinco años. Es una de las obras que más hemos interpretado, no queremos anunciarla, queremos que sea una sorpresa para el público, pero sobre todo hemos querido cerrar volviendo al comienzo. La obra es un teatro-musical sobre el mito de Fausto. Nos interesaba porque representa lo que hemos hecho, ligar la música con otras artes.

¿Por qué eligió el mito de Fausto?
La obra elegida se basa en ese mito, es más una cosa colateral. Lo importante es que es una gran obra, aunque no muy conocida, pero al público le va a encantar. Son todo sonidos de cuando llega el jazz a Europa, absorbe ese momento de agitación cultural. Nos parecía interesante.

Se trata de su última aparición con la Orquesta. ¿Por qué lo deja?
Volví de Londres en 2016 y me contactaron con la idea de crear una pequeña agrupación de cámara que pudiese complementarse con la Joven Orquesta. Entonces me apetecía muchísimo, pero en enero de este año les dije que era mi último año. Es importante que entre gente con otras ideas, dar espacio. Noto que mi etapa ha acabado, aunque he disfrutado mucho. Hemos creado una agrupación de gran calidad, aunque no ha sido fácil.

¿Cuál ha sido la etapa más difícil?
La pandemia nos ha afectado como al resto desde el plano humano y como agrupación hemos tenido dificultades. Pero han sido otros momentos de problemas para hacer crecer la orquesta. No solo bastaba con crecer internamente, sino también hacer entender al entorno que la Orquesta necesitaba evolucionar. 

¿Tiene ya un relevo en su puesto?
No se sabe, depende del futuro que quiera tomar la asociación y de los apoyos que tenga. En la cultura hacen falta apoyos. No sé si los tendrá, si desde la ciudad se quiere aportar a este proyecto o si va a seguir dependiendo de quienes lo forman.

Es importante que entre gente con otras ideas. Noto que mi etapa ha acabado» 

¿Se valora el papel de la Orquesta?
Creo que el público nos ha apoyado, por eso hemos intentado llevar cada año lo mejor y agitar culturalmente la ciudad. No hemos hecho aquello que vendía más. La cultura tiene que servir para abrir puertas y emociones. En ese sentido, el público de Miranda ha estado muy por encima de las instituciones y de gente que gestiona ciertas áreas de la vida cultural y política de Miranda.

¿El resto del talento está valorado?
En Miranda ocurre una cosa muy curiosa: hay mucho talento y mucha iniciativa de asociaciones. Son proyectos de gran nivel, comoEbrovisión. Siempre ha habido un gran número de colectivos que han agitado y reivindicado la cultura. Creo que está muy bien, pero no debe seguir así. El Ayuntamiento tiene que apoyar más para que se conviertan en proyectos de ciudad. Si no, van a tener fecha de caducidad. No pueden permitir que se pierdan.

¿Le resulta extraño que aún no se disponga de grados profesionales?
Va ligado a la radiografía que se puede hacer de la ciudad. Haro tiene grados medios, muchos tenemos que irnos a Vitoria a los 12 o 13 años, con lo que conlleva. Tenemos un Conservatorio que funciona muy bien , con un profesorado que se involucra, pero luego la ciudad hasta hace poco no tenía cine, no tiene museo... Si se analizan los últimos años, vemos que todo está mermando.Es alarmante y debería tenerse muy en cuenta. Es tan importante asfaltar una calle, como tener una vida cultural sana que dé a los habitantes algo más que ir a los bares.

¿Cuál es el mayor aprendizaje, fuera de la música, que se ha llevado a lo largo de tantas experiencias?
Este verano estuve en el Festival de Aviñón y vi que la cultura, la literatura y las artes son necesarias para el día a día. Lo que más he aprendido y por lo que me he enamorado de este mundo es eso. Por eso quiero dedicarme a ello y transmitirlo.

¿Qué reto inmediato encara ahora?
Desde hace dos años soy el director de la Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza, una de las más importantes de España. Con ellos tengo varios proyectos en 2023, conciertos en Sevilla, París, Madrid... Quiero seguir desarrollando mi carrera, debutar con otras agrupaciones y ampliar mi repertorio, encontrar espacios que tengan respeto por los que nos dedicamos a la música.