La Universidad de Burgos, con el Grupo Antolin como socio, firmó ayer en Bruselas el acta de constitución de Emerge, un consorcio formado por ocho instituciones académicas europeas que permitirá mejorar la cohesión social y económica, la movilidad internacional de estudiantes y profesores, así como compartir servicios y estructuras comunes. Todo ello con el fin último de que este proyecto sea respaldado por la Comisión como si de una UE de campus se tratara.
De esta alianza forman parte universidades de Irlanda, país que ha liderado la iniciativa, Francia (Rennes y Bretagne Sud), Alemania, Chipre, Noruega y Eslovaquia. El rector burgalés, Manuel Pérez Mateos, explicó que la aportación de la UBU pasará por «nuestro ya probado liderazgo en la dinamización poblacional, con una política decidida de crear empresas emergentes en el medio rural», que será reforzada con el próximo lanzamiento de una incubadora.
Otra de las líneas de trabajo a las que se refirió Pérez Mateos es la apuesta por el aprendizaje permanente, con la ayuda de las metodologías online, para que este pueda llegar a todos los puntos de la provincia. Y en tercer lugar situó la investigación en el sector de la automoción, para lo que contará con la participación del Grupo Antolin, que participará en la red como entidad asociada debido a su proyección internacional, al estar presente en cuatro de los países que conforman este consorcio, y su experiencia en formación dual.
Peso internacional. «La multinacional contribuirá al eje central de producción de conocimiento para la promoción del talento joven y el empleo sostenible», explicó el rector, al tiempo que avanzó que en la firma de ayer se acordó la colaboración activa de la compañía en «la definición de las políticas educativas que se propone esta alianza». En este sentido, se desarrollará un itinerario «flexible e innovador» que permita una mayor movilidad y flujo de miembros de las comunidades universitarias.
Este proyecto nació en 2019 para aprovechar la cooperación actual dentro y fuera del programa europeo Erasmus. La particularidad que presenta tiene que ver con la «posición de sus miembros en los márgenes» del continente, lo que «proporciona un entorno más favorable a las innovaciones creativas para hacer avanzar la educación superior, la investigación y el servicio a la sociedad». Pérez Mateos consideró que esto permitirá incrementar la «cohesión europea desde el desarrollo nacional y transfronterizo», además de incrementar la competitividad global.
Estos primeros pasos tienen un claro objetivo final, que es el de transformarse en Iniciativa de Universidades Europeas (EUI) con el apoyo de la Comisión, algo que se prevé conseguir en julio. Esto supondrá la creación de una normativa conjunta que posibilite a sus miembros funcionar como si de una sola institución académica se tratara en ámbitos como los sistemas de gestión informática o las matriculaciones de alumnos.