Doce años para abrir el centro de acogida de animales

I.M.L.
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Los presupuestos de 2022 reservan 120.000 euros para contratar una empresa que gestione las instalaciones y recoja ejemplares abandonados, tras una inversión de 30.000 euros de puesta a punto

Las instalaciones se encuentran en al pie de la N-I, en la calle Segovia, junto a los huertos de ocio. - Foto: DB

Doce años lleva construido el centro de acogida de animales y es ahora cuando el Ayuntamiento quiere desatascar este proyecto y que comience a funcionar. La Concejalía de Medio Ambiente contará con una partida de 120.000 euros para poder sacar a licitación la gestión de estas instalaciones junto con el servicio de recogida de animales abandonados. Este sería el coste anual del contrato, que se pretende licitar por un plazo mínimo de cuatro años. 

Esta es la previsión del responsable de Medio Ambiente, Carlos Fernández, que todavía se tiene que materializar en el Presupuesto municipal, que aún es un borrador sin negociar con los grupos municipales ni, mucho menos, aprobado por el pleno. Aún así, Fernández confía en que este sea el año en el que se pueda dar uso a esta instalación, aunque todavía quedan trámites por solventar. «Tendremos que hacer el pliego de condiciones para contratar la gestión, pero la falta de personal en la concejalía lo retrasa todo», reconoce el edil, que recuerda que esta es una hipoteca que heredó al asumir esta responsabilidad. «Acumulaba diez años de abandono, sufriendo vandalismo: nos rompieron la valla, cristales, incluso se llevaron la caldera», lamenta Carlos Fernández. 

La situación de los tres edificios de planta baja que conforman el centro de recogida de animales abandonados se solventó con una inversión cercana a los 30.000 euros. «Ahora está ya todo adecuado para que se pueda utilizar, y en eso estamos», insiste Fernández. 

Mientras se solventan todos los trámites, el servicio de recogida de animales abandonados lo sigue prestando una empresa especializada desde Burgos capital. «Aprobamos una prórroga hasta que podamos sacar el servicio junto con la gestión del centro», aclara el concejal de Medio Ambiente arandino, afirmando que el servicio «funciona muy bien». Una opinión que no comparten desde la protectora Huellaranda, que no entienden que tengan que venir desde Burgos para recoger un animal abandonado. «Desde que se les avisa hasta que acuden, vete tu a saber dónde está ya el perro o el gato», lamentan. Los voluntarios de la protectora se encargan en la mayoría de las ocasiones de recoger estos animales y buscarles una casa de acogida o de adopción. «En la perrera de Burgos, si no encuentran al dueño o alguien que se lo quede y, una vez que pasa el tiempo fijado, el animal ya no tiene futuro», aseguran. Ahora mismo, Huellaranda cuenta con 15 animales que buscan alguien que les adopte, ocho perros y el resto gatos.

Hecho y olvidado. La infraestructura se encuentra en la calle Segovia, en el polígono industrial Allendeduero, y se construyó en 2010 con una inversión de 162.000 euros, de forma paralela a los huertos de ocio colindantes.

Durante siete años, el Ayuntamiento arandino estuvo reclamando a la Junta de Castilla y León la subvención de 100.000 euros a la que se comprometió la entonces consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, que nunca llegó. Su sucesora, Milagros Marcos, tiró por tierra toda esperanza de obtener esa ayuda económica en 2016, argumentando que las instalaciones no son competencia del Gobierno regional sino del Ayuntamiento y que no le constaba que existiese ningún compromiso de su Consejería para abonar dinero alguno.

Está preparada para acoger hasta un centenar de perros y una veintena de gatos. Además, cuenta con instalaciones especiales para cachorros y sala de uso veterinario, un equipamiento terminado que mejoraría el servicio de recogida de animales que se presta actualmente y que, después de 12 años, no ha tenido ningún uso.