Repuntan los abonos a las cuadrillas y algunas tienen espera

ARSENIO BESGA / Miranda
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Los mirandeses más jóvenes garantizan el relevo generacional de estos grupos. Hasta las peñas de menor tamaño han conseguido paliar la bajada de ediciones anteriores y están recuperando sus cifras

El presidente de la Cofradía de San Juan del Monte (el segundo por la derecha) dirigió la última asamblea. - Foto: A.B.

La ilusión por las fiestas de San Juan del Monte se palpa en el ambiente cuando todavía faltan tres meses para que los actos comiencen. La Cofradía se encuentra inmersa en el diseño definitivo del programa y, mientras tanto, las cuadrillas ya han empezado su particular campaña de abonados. Por ahora, esta cuestión no parece que vaya nada mal, según se percibe en el seno de varios grupos. Es más, tras unos años convulsos, en líneas generales está repuntando el número de inscritos y algunos colectivos hasta tienen lista de espera.

En ese listado se encuentran, entre otros, Los Binatxas. Su presidente, Carlos Azcorreta, calcula que rozan las 300 personas de cara a la edición de 2023 y reconoce que hay quienes «están dispuestos a esperar hasta tres años para poder entrar». Sin embargo, tras las incorporaciones de pequeños grupos en los últimos años, tienen muy complicado dar cabida a tantas personas por una mera cuestión de espacio en los comedores y en sus instalaciones del monte. En cualquier caso, Azcorreta se muestra muy satisfecho, porque cree que «algo estamos haciendo bien» cuando los mirandeses se interesan tanto por su peña.

En este sentido, el mayor empuje de los nuevos abonados llega desde la población más joven. En el caso de Los Binatxas o de Los Que Faltaban, según comenta su presidente, Javier Torrecilla, las personas de entre 20 y 35 años están impulsado las listas de socios. En el caso de estas cuadrillas, las incorporaciones llegan a través de mirandeses que tienen amigos que ya estaban apuntados a esos grupos y que sirven como factor de atracción para ampliar sus filas.

Eso sí, las peñas de San Juan del Monte son muy diversas y, en otros casos, el relevo generacional se está dando gracias a los familiares de quienes están matriculados en estos grupos. Así ocurre eminentemente en las formaciones de un tamaño más reducido, que en las últimas ediciones habían perdido miembros. Por ejemplo, conforme a la descripción que realiza Roberto Alonso, de La Amistad, están notando como algunas personas que antaño abandonaron la cuadrilla y que acaban de tener hijos vuelven a apuntarse buscando algo más de calma. Con ello, se garantiza el futuro de la agrupación.

Asimismo, la presidenta de El Desmadre, Marina Igueregui, explica que antaño también percibieron cierta caída en el número de abonados. Sin embargo, «este año no estamos tan mal» y, como en el caso de La Amistad, han logrado mantener las cifras que permiten sobrevivir al grupo. Eso sí, aunque se muestra contenta porque la peña cuenta con un núcleo muy unido, reconoce que tienen los brazos abiertos en caso de que haya más mirandeses interesados en matricularse.

De igual forma, en La Jarana tienen total predisposición a la incorporación de miembros. No obstante, a diferencia de otras cuadrillas, en esta exponen un poco menos de optimismo y reconocen que «está costando» atraer a los más jóvenes.