El centro de acogida de animales va a seguir siendo una construcción sin uso. La Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Aranda tenía previsto sacar a licitación la gestión de estas instalaciones, que se terminaron de edificar hace ya 13 años, pero han hecho cálculos y no sale rentable. Con los datos anuales de recogida de animales en la capital ribereña, que rondan los 30 ejemplares, cada uno de ellos supondría un coste de 5.000 euros. Una cifra que se considera excesiva o, dicho en un tono coloquial, vale más el collar que el perro. «No es viable según los informes técnicos que, además, apuntan a que, el día que se acabase el contrato, el Ayuntamiento tendría que subrogar a la persona que estuviese allí contratada», puntualiza el responsable del área, Carlos Fernández.

Así, la partida de 120.000 euros que había reservada en el Presupuesto de 2022 pasará a engrosar el montante de superávit municipal, junto a los 30.000 euros que se iban a gastar en adecentarlo de manera definitiva y solventar todos los problemas que el abandono de las instalaciones y el vandalismo han provocado en este centro. 

Pero Fernández no tira la toalla y desde su departamento se están barajando alternativas para poder estrenar estas instalaciones de una vez. «Estamos estudiando la posibilidad de arrendarlo a algún centro veterinario o alguien que lo quiera usar para alguna actividad dentro del ámbito animal, al estilo de los alquileres de los quioscos como el del Barriles, pero hay que fijar qué canon poner para eso, porque no es lo mismo un bar que un centro así», apunta el concejal, que lleva estos cuatro años intentando dotar de contenido a este centro y que es consciente que a más tiempo vacío más desperfectos. «Lo que queremos es que deje de estar sin uso, para evitar así que nos sigan robando las verjas, que cada vez que vamos a verlo hay algo vandalizado», añade Fernández. Para que los daños de los amigos de lo ajeno sean lo menos posible, algunos de los elementos fundamentales en este centro de acogida, como el material veterinario y la caldera, no están en las instalaciones. De hecho, cuando se robó hace años la caldera, se adquirió otra pero no se ha instalado para evitar que se la vuelvan a llevar.

Eso sí, esta idea de alquilar las instalaciones puede quedar en papel mojado, porque los tiempos que se precisan en la administración pública para sacar adelante cualquier pliego hacen inviable tenerlo antes de abril. «Sería ya para el próximo mandado, porque este ya no da tiempo a decidir qué hacer con él, y tendrán que decidir quienes conformen el próximo equipo de gobierno», apostilla algo contrariado el edil de Medio Ambiente, que lleva todo el mandato intentando que se pudiesen estrenar estas instalaciones.

Animales callejeros. A falta de tener operativo el centro de acogida de animales, el Ayuntamiento de Aranda sigue con el servicio de recogida de animales, que está de nuevo en proceso de licitación al haber acabado el contrato anterior. El coste de este servicio para las arcas municipales ronda supera los 80.000 euros y en el nuevo pliego se mantienen las mismas condiciones con las que se viene prestando hasta ahora. 

Hasta el momento, Medio Ambiente considera que la recogida de animales callejeros o abandonados se ha realizado con profesionalidad. «Quien lo ha llevado hasta ahora, aunque lo lleve desde Burgos, es el que se encarga de este mismo servicio para la Diputación de Burgos y ha trabajado bien, a pesar de que se incrementan los tiempos de espera», pone como único pero el concejal del área. A lo largo de 2022, este servicio fue activado en 53 ocasiones, con un total de 36 perros y un gato recogidos. El año anterior, la cifra fue similar, con 31 perros, un gato y un hurón.