La crisis mundial del coronavirus afecta de lleno a economía y sectores como el del turismo están especialmente preocupados. La Federación de Hostelería teme las repercusiones negativas de la situación, «no por el miedo a la enfermedad en sí», sino por la «histeria colectiva» que se está viviendo. De hecho y según avanza su vicepresidente y máximo representante de los empresarios de hoteles, Luis Mata, ya se han registrado las primeras cancelaciones de habitaciones de ciudadanos de Corea del Sur, el país con más contagios después de China, y de Italia, con 12 fallecidos a día de ayer, todos ellos pacientes de edad avanzada que tenían patologías asociadas.

«Tienen problemas para salir de su país por el tema de los vuelos y los visados, cuya tramitación se está complicando», explica en referencia al primer grupo de turistas que iban a recalar en Burgos para realizar el Camino de Santiago, mientras que respecto al segundo apunta a una inquietud «generalizada» que va desde el tráfico aéreo a medidas asociadas a la detección de casos como las cuarentenas. No obstante, precisa que, por el momento, las anulaciones «son pocas», ninguna de turistas chinos, donde se originó la enfermedad, dado que no existe mucha afluencia. A pesar de todo y si la situación de prolonga en el tiempo, no descarta que aumenten y, sobre todo, pronostica una reducción generalizada del número de visitantes internacionales tanto en el conjunto de España como de la provincia.

Esa disminución puede que se compense en cierta medida con un incremento del turismo nacional, precisamente, por el «miedo» a salir fuera» y la seguridad que da «no tener problemas de idiomas y la cobertura sanitaria». Este posible cambio de tendencia hará, según Mata, que se recupere «parte, que no todo» de la pérdida de viajeros internacionales: «En Burgos vivimos mucho de este turismo, que tiene un poder adquisitivo mayor».

El presidente de los hoteleros asegura que en este momento no existe una «alarma» en el sector, aunque sí que reconoce que se mantiene «prudente». Por el momento, explica que siguen llegando reservas de ciudadanos de otros países y que quienes cancelan lo hacen «por problemas técnicos a la hora de viajar». La política mayoritaria de cancelaciones es a coste cero, salvo en las ofertas. Y es ahí cuando el cliente puede perder dinero, salvo que el hotel y la empresa mayorista lleguen a un acuerdo.

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