Incluyen en la Lista Roja las ruinas de San Francisco

I.P.
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Los muros y arcos que quedan del antiguo convento del siglo XIV se han integrado en el complejo turístico abierto en Castrojeriz en 2021. El entorno se desbrozó de vegetación y arbolado, se ha acordonado el perímetro y se iluminará

Muros, puerta y arcos que se han integrado en el complejo turístico. - Foto: Patricia

En un año, la imagen de abandono de las ruinas del monasterio de San Francisco en Castrojeriz han cambiado totalmente y tras la limpieza de la excesiva vegetación y arbolado, los muros y arcos que aún permanecen en pie se han hecho visibles y se han integrado como un elemento más en el proyecto de rehabilitación de la finca de la que forman parte al igual que una casona de caza, y que ha dado paso a un alojamiento turístico de lujo en pleno Camino de Santiago, que abrió sus puerta a finales del pasado año.

Pese a ello, Hispania Nostra acaba de incluir las ruinas de este antiguo convento en la Lista Roja de Patrimonio al considerar que el estado en el que se encuentran supone «un alto riesgo de derrumbe que podría ocurrir en cualquier momento», se advierte, a la vez que se adjuntan al expediente una serie de fotografías que no se corresponden con el estado actual de las ruinas.

El monasterio de San Francisco es una construcción del siglo XIV a la que se trasladaron los monjes franciscanos. A finales del siglo XIX, mediante una desamortización el monasterio fue desalojado y traspasado a manos privadas.

A la derecha, zona con más vegetación, pero que también se ha clareado para dejar ver el arco.A la derecha, zona con más vegetación, pero que también se ha clareado para dejar ver el arco. - Foto: DB

Durante décadas, las ruinas del convento, enclavado en una finca de 1,5 hectáreas fue propiedad de la familia Iturmendi; hace unos años, esta vendió la propiedad a un grupo inversor vasco quien ha sacado adelante el complejo turístico rural bautizado como Quinta San Francisco, convirtiendo la casona de caza en un hotel rural y actuando igualmente en todo el entorno, con  la construcción de restaurante-bodega, terrazas exteriores, espacio wellnes y zonas ajardinadas y de huerta.

La intervención en las propias ruinas se ha limitado al desbroce y clareado de la exuberante vegetación y la retirada del arbolado que tapaban por completo las ruinas. 

Sin embargo, como reconoce el director del hotel, Leandro Aguirreche, no se ha retirado la vegetación incrustada en paredes y arcos porque sería perjudicial afectando incluso a la estabilidad de los propios muros. Se ha adecuado el entorno del suelo con zona ajardinada y de canto y una delimitación perimetral con un cordón de seguridad. El siguiente paso es dotar a esa zona de iluminación como ya se está haciendo en el exterior de la finca.

En un futuro la intención de los propietarios del antiguo monasterio franciscano es solicitar permiso a la Junta de Castilla y León, ya que las ruinas son bien de interés cultural, para poder intervenir en su consolidación, pero se trata de un proyecto a medio plazo, porque actualmente la empresa está centrada en el alojamiento rural y su promoción. «Pero hasta ahora hemos actuado para evitar cualquier riesgo de derrumbe y para integrar las ruinas, que se sitúan frente de la entrada principal del alojamiento, en el proyecto turístico. Somos los más interesados en su conservación y puesta en valor», subraya Aguirreche.