Y El Plantío volvió a ser una fiesta

ROBERTO MENA
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El Burgos CF había logrado un punto de los últimos seis en casa y ayer la unión de la grada y el equipo volvió a ser la mezcla perfecta para que el botín se quedara en el estadio municipal

Aficiones del Burgos CF y del CD Tenerife durante el partido de ayer en El Plantío. - Foto: Jesús J. Matías

Pedía Julián Calero en la previa que regresara esa unión entre la grada y el equipo que tantas alegrías ha dado al Burgos esta temporada. Ayer se volvió a vivir esa simbiosis y los puntos se quedaron en casa.

La tarde no fue de esas que acaban en goleada, algo que ya ha conseguido en más de una ocasión la escuadra blanquinegra, aunque la afición supo reconocer el trabajo y el sacrificio de los suyos, con menor brillo ofensivo que en otros encuentros, pero mostrando una solidez y un empaque más que notable ante un rival poderoso.

El Tenerife tampoco estuvo solo y es que cerca de 200 aficionados le acompañaron en la grada. Trataron de aportar su granito de arena, pero no obtuvieron la recompensa deseada. Fue una fiesta del fútbol. Las dos aficiones convivieron en armonía e intercambiaron cánticos y disfrutaron del partido.

Aficiones del Burgos CF y del CD Tenerife durante el partido de ayer en El Plantío. Aficiones del Burgos CF y del CD Tenerife durante el partido de ayer en El Plantío. - Foto: Jesús J. Matías

Esta temporada no se sabe muy bien por qué los seguidores de ambos clubes han conectado y los halagos han sido mutuos durante el curso. La peña chicharrera Ginebrita devolvió la visita a la Perla Blanquinegra y ambas disfrutaron del hermanamiento.

Malbasic y Matos. Fueron dos de los protagonistas de ayer junto a Miguel Rubio. El serbio fue por primera vez titular y Calero acabó contento con su trabajo. El de Parla quiso aprovechar su movilidad y su juego entre líneas para incomodar a la defensa tinerfeña. Todo indica que seguirá contando con minutos.

El que se retiró lesionado fue Matos, que regresaba a la titularidad en detrimento de Fran García:el malagueño abandonó el campo en el 78 por un problema en el pie. Llegó al duelo tocado después de haber tenido problemas a lo largo de la semana.