La moción de censura sobrevuela el debate Mañueco/Tudanca

SPC
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El presidente de la Junta ve al portavoz socialista como un «hombre de dudosos principios» y le implora colaboración, mientras el líder de la oposición le acusa de «ser capaz de todo» para seguir en el poder

La moción de censura sobrevuela el debate Mañueco/Tudanca

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, calificó al portavoz socialista en las Cortes, Luis Tudanca, como hombre de «dudosos principios, dudosa coherencia y nula memoria», al tiempo que le ha «implorado» que vuelva a la senda de la colaboración y le ha afeado que hable de mociones de censura, cuando, por «responsabilidad» debería el líder socialista presentársela a él mismo.

Mañueco y Tudanca entraron en un cruce directo de acusaciones en el que se colaron los dos autos judiciales en contra de decisiones de la Junta sobre el adelanto del toque de queda y la reducción del aforo en templos y la moción de censura que el PSOE de Castilla y León no descarta.

En respuesta a la pregunta planteada por Tudanca, el presidente de la Junta arremetió contra el socialista en un debate centrado en la gestión de la pandemia y la sentencia del Tribunal Supremo sobre el adelanto del toque de queda a las 20.00 horas.

Sobre este asunto, Fernández Mañueco recordó unas declaraciones de Tudanca en las que defendía las decisiones adoptadas por el Gobierno central cuando el Supremo tumbó las medidas impuestas en Madrid y en las que el socialista pedía que «impere la cordura y prime la salud y la vida».

«Haga memoria, asuma su responsabilidad y, si le queda un gramo de ella, póngase a usted mismo la moción de censura de la que habla», señaló el presidente.

De este modo, Alfonso Fernández Mañueco aseguró que se viven momentos de «gran incertidumbre y de gran confusión jurídica» derivada de la gestión de la covid-19, y se preguntó dónde está la ley contra la pandemia que «prometió» el Gobierno central, tras lo que recordó que el Supremo condenó al Ejecutivo central en dos ocasiones por «vulnerar derechos fundamentales», una en Aragón y otra en Madrid, a lo que sumó otras tantas sentencias en contra para gobiernos autonómicos socialistas.

«Somos conscientes de que algunas medidas son impopulares, somos conscientes del cansancio, somos conscientes de que la pandemia requiere medidas para proteger las vidas. No actuar y cruzarse de brazos es ser irresponsable», defendió Mañueco, quien imploró a Tudanca, por el sufrimiento de las familias, que vuelva a la moderación, abandone el enfrentamiento y «olvide las instrucciones que le dan desde arriba».

Autocrítica

Por su parte, el portavoz socialista lamentó que Mañueco no asuma responsabilidades. «Todos saben lo que hizo para llegar al poder y lo que está dispuesto a hacer, lo sacrifica todo para mantenerse en el poder y el fin justifica los medios, el objetivo es tratar de frenar cualquier crítica mientras provoca caos tras caos en la sanidad», manifestó.

Tudanca criticó que el presidente «no sabe lo que hace» y consideró que ha abusado de la «lealtad» del PSOE. «No tiene autocrítica ni igualdad», afeó el líder socialista, quien criticó que desde la Junta se llamara a la rebelión pese a contar con autos «demoledores».

«Forzaron el marco normativo para tapar errores», acusó, tras lo que volvió a pedir su dimisión por «restringir de forma irregular» los derechos de los ciudadanos.

Tudanca advirtió que a la Junta le «tiemblan las piernas» ante el mero planteamiento de una moción de censura y dicen que no es oportuna cuando se han promovido una docena en ayuntamientos gobernados por el PSOE. «No entiendo por qué si lo hacen todo tan bien están tan nerviosos, su problema no soy yo, son los ciudadanos de Castilla y León que no pueden soportar más desgobierno», destacó.

«Cuando un presidente se convierte en un problema lo que tiene que hacer es marcharse», zanjó el líder de la oposición.

Por último, Mañueco defendió que asume su responsabilidad y aprovechó, al inicio de su intervención, para recordar el 40 aniversario del golpe de estado del 23-F, día en el que «la democracia ganó a la violencia golpista».