El coronavirus sigue desbocado en Pradoluengo

F. TRESPADERNE
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Cuatro internos de la vieja residencia de San Dionisio han fallecido, tres de ellos en el HUBU, donde hay otros dos ingresados. Durante la última semana se han detectado 81 casos en la zona básica de salud

Algunos negocios todavía siguen cerrados a la espera de que sus propietarios se recuperen. - Foto: Valdivielso

La propagación del coronavirus sigue descontrolada en Pradoluengo y los datos cada vez son más desalentadores porque el número de fallecidos y de positivos continúa creciendo, a la vez que numerosos vecinos permanecen confinados o en cuarentena. En la última semana se han detectado 81 positivos más (133 en los últimos 14 días) en la zona básica de salud de Belorado, a la que pertenece la villa textil, elevando el número de casos activos a 146, una cifra muy preocupante teniendo en cuenta que la mayor parte residen en Pradoluengo.

El brote que comenzó a primero de mes, supuestamente en una de las comidas del hostal restaurante Adela, «se ha extendido como la pólvora», afirman los vecinos, y se está cebando en la vieja residencia de San Dionisio, que ya ha registrado 4 fallecidos, tres de ellos en el HUBU, donde otras dos personas más permanecen ingresadas, y el número de contagiados se eleva ya a 43, la gran mayoría asintomáticos, explican desde el centro.

La situación en este centro asistencial, que no registró ningún caso durante la primera oleada sigue siendo muy preocupante y se han tenido que habilitar plantas enteras para asilar a los residentes contagiados, porque en los módulos habilitados en los primeros meses ya no había sitio suficiente. En función de la evolución de la situación y del criterio de los facultativos, desde el centro no descartan que en los próximos días se pueda hacer cargo de forma provisional la Junta para controlar la pandemia.

Para el alcalde, Antonio Araúzo, que sigue al minuto la evolución de la covid-19, «con los datos que hace públicos la Junta, porque no tengo ningún otro», matiza, la situación de la residencia es lo más preocupante en estos momentos, aunque reconoce que «hay mucha gente confinada, no se ve casi a gente por la calle, pero no se puede decir un número exacto, aunque muchos de los que se registran en el zona básica son de aquí». 

Por las calles, los pocos vecinos que salen a caminar o a realizar alguna compra, a la farmacia o al supermercados, lo hacen cabizbajos y cuando se detienen a hablar lo hacen guardando la distancia de seguridad, alejados de un grupo de jóvenes que permanecen sentados y sin mascarilla en las escalinatas de una de las iglesias de la villa.

Rayo de esperanza. Ante este desolador panorama, el desánimo y el miedo que reina entre los vecinos, el rayo de esperanza en medio de la oscuridad del momento lo pone Íñigo García, propietario del estanco y quiosco de prensa, quien ya ha superado el coronavirus y a última hora de la tarde de ayer quitaba, con una sonrisa que se intuía detrás de la mascarilla, el cartel de ‘cerrado por covid’ y hoy, después de diez días, abrirá de nuevo (...).

(Más información, en la edición impresa de Diario de Burgos de este martes)