El peatón impone su camino

D.R.D.S.
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La falta de un diseño eficiente provoca que las personas opten por hacer sus propios trazados a través del césped, dejando a su paso hierba muerta y senderos de tierra

Senda de tierra detrás de la casa cuartel de la Guardia Civil que va al paso de peatones en dirección al Centro Comercial El Mirador. - Foto: Luis Martín

Todos hemos tenido que buscar la manera de ganar algo de tiempo mientras caminamos con prisa para llegar a realizar nuestras tareas o recados. Esta urgencia quita a su paso el césped de diversas zonas verdes de la ciudad. El tiempo y la repetitiva carrera de obstáculos de estos trayectos a pie genera un sinfín de caminos de tierra.

El día a día está lleno de actividades y recados que hacer, desde ir al trabajo hasta recoger a tu hijo en el colegio. Todas estas ocupaciones no siempre están bien cronometradas, por lo que vamos con prisas a los lugares, tomando todas las ventajas y atajos que sean posibles. Las zonas verdes de la ciudad tales como parques, jardines, y cualquier zona con césped de por medio suelen ser las opciones más atractivas para atravesar y ganar unos metros o segundo de ventaja. Al repetirse tantas veces esta situación, existen varios lugares en la capital donde podemos encontrar senderos de tierra rectilíneos.

El presidente de la asociación Andando Burgos, Félix Martínez Gutiérrez, cuenta que el origen de estos senderos de tierra son consecuencia directa de los ayuntamientos municipales, que con el fin de crear espacios comunitarios como parques, jardines, plazas, paseos peatones y carriles bici, se diseñan de tal manera que beneficie más a la fluidez automovilística, sin preguntar las necesidades reales de los habitantes de cada zona ni estudiar las conductas naturales de los viandantes: «Las rutas peatonales en la ciudad están bastante forzadas por este urbanismo que no ha pensado en nada más que en favorecer el desplazamiento de los vehículos, tanto en Burgos como en otras ciudades de España. Salvando los parques históricos, los demás espacios verdes o zonas ajardinadas de la capital suelen ser lo que llamo yo de escuadra y cartabón».

El profesor del departamento de Ingeniería Civil en el área de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Universidad de Burgos, Roberto Serrano López reafirma parcialmente los comentarios de Martínez, aclarando que a nivel regional, la reglas para construir las áreas comunes son concretas, pero aún así existe bastante libertad creativa: «Uno de los apartados que la legislación de Castilla y León exige para los planes de las nuevas áreas de urbanización es que la mitad de los espacios públicos exteriores deben ser permeables, es decir, zonas verdes. Además de esto, piden que un mínimo porcentaje de estas zonas comunes sea parque infantil, aunque existe cierta libertad para la disposición de estos espacios. Al final, los senderos de tierra que crean las personas se deben a un error de planificación, del cual no existe ningún criterio específico y que en bastantes ocasiones los errores se aprecian una vez acabadas y rematadas las obras».

Serrano añade que los planeadores «deberían prever este tipo de comportamientos realizando estudios de la zona, pues si ya existían esos caminos antes de las elaboración de las obras de urbanización, se les debería respetar y tener en cuenta. Muchos parques y jardines se planifican sin ningún tipo de criterio, y luego acaban siendo truncadas por estos senderos de tierra que buscan no atravesar una gran zona verde, sino buscar la diagonal hacia el camino más corto».
Ejemplos de este suceso se pueden encontrar por toda la ciudad, aunque el más destacado es el caso del camino que se encuentra en la Calle Jerez al lado del puesto de la Guardia Civil, que atraviesa un descampado hacia el paso de peatones que conecta la carretera Dirección Cementerio y la Avenida de las Islas Baleares en dirección al centro comercial El Mirador.

En relación a este fenómeno, el ayuntamiento local modificó hace varios años un antiguo camino de tierra que se localizaba en un prado que conectaba la calle Pozanos y la Avenida de las Islas Baleares. Dicho camino está en la trayectoria de la parada de autobús de la Avenida de las Islas Canarias y el semáforo que da paso al Hospital Universitario de Burgos, al que acuden cientos de personas diariamente. Ante la demanda de los viandantes y trabajadores del centro hospitalario, la alcaldía creó un paso con barandillas que conduce directamente al semáforo. Añadido a esta obra, se hicieron otros ajustes similares en los alrededores próximos a la Avenida de las Islas Baleares. Casi todas las obras de asfaltado asociadas a las vías de tierra fueron realizadas por el exconcejal del Partido Popular Ángel Ibáñez Hernando, cuando era el concejal de Vías y Tráfico desde 2013 hasta 2015.

Algunas personas llaman a estos atajos improvisados ‘lineas o caminos del deseo’ o incluso ‘sendas de elefantes’. Estas rectas aparecen por el desgaste del césped causado por personas y animales cuando lo pisan repetidas veces. Todos estos recorridos suelen ser más cortos o facilitan el acceso a las personas entre un punto de partida y un destino en particular:«Técnicamente ‘líneas del deseo’ significa otra cuestión, pero es como se les conoce popularmente a estos caminos. Pero sí que es cierto que son senderos que se buscan con el anhelo de encontrar la trayectoria óptima de nuestra travesía a pie por la ciudad», afirma Félix Martínez Gutiérrez. 

Actuación municipal. Desde el Ayuntamiento comunican que no se planea realizar ninguna obra para pavimentar esto caminos improvisados por los ciudadanos a corto plazo.

Desde hace escasas semanas, Miguel Balbás Varona posee la titularidad de la concejalía delegada de Vías Públicas y Conservación, un puesto que ejercía el actual concejal delegado de Licencias, Julio Rodríguez Vigil. Balbás declara que, por el momento, no se tiene previsto ejecutar ninguna acción en relación a estos caminos de cara al futuro:«Por el momento, no hay nada en cartera. No se tiene constancia de ningún proyecto en marcha sobre este tema, ni tampoco existen reivindicaciones o reclamaciones ciudadanas acerca de estos senderos. Únicamente sólo se recuerdan las acciones llevadas a cabo en el descampado cercano al Hospital Universitario de Burgos y en los alrededores próximos a la Avenida de las Islas Baleares, además de una pequeño arreglo realizado en una zona verde al lado del Centro de Salud San Agustín».

El exconcejal de Vías Públicas y Conservación, Julio Rodríguez Vigil, recalca que durante su mandato, no se le ha notificado ninguna obra relacionada a la pavimentación de estas líneas del deseo:«Que yo recuerde, durante la época que estuve ejerciendo en esta parte de la administración como concejal, no se me dio parte de ninguna obra relacionada con este tipo de caminos».

Rodríguez comenta que las líneas del deseo se forman de manera similar a como se construyen los caminos de carretera que se pueden encontrar en lugares como zonas forestales o rurales: «Las líneas del deseo se crean de manera similar al desbroce que se realizan en las obras públicas para construir los caminos de carreteras, pero de manera natural. Artificialmente, se quita la vegetación del suelo y se pone una capa de piedras y arena conocida como zahorra, del tamaño y profundidad que el ayuntamiento considere oportuno para cada caso. En el pasado, estos caminos se creaban siguiendo la ruta que realizaban los animales, para así crear un camino lógico acorde a las necesidades tanto de los animales como de las personas».