La risa se cuela en una maleta

S.F.L.
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El actor de teatro Julio Hidalgo fundó en pleno estado de alarma la compañía 'Los Olvidados', que apuesta por el sentido del humor. Vinculado a Quintanilla San García, pretende iniciar una gira por varios municipios de La Bureba

La agrupación ‘Los Olvidados’ la componen seis actores que mezclan a lo largo de los 75 minutos de obra el humor con la música y la pintura. - Foto: LOS OLVIDADOS

Todo lo necesario para crear magia y envolver al público cabe dentro de una vieja maleta de piel. No hay telón que subir ni decorado que montar. El simbolismo, la música, la pintura y la interpretación forman un gran nexo cuya esencia se comparte directamente con los espectadores. Pero también la risa, esa respuesta que en época de coronavirus cuesta trabajo sacar pero que el reconocido actor de teatro, Julio Hidalgo, junto a su compañía Los Olvidados, se ha propuesto causar. «Una pandemia de sonrisas es más fácil de sobrellevar», declara el artista.

Con vinculación directa a Quintanilla San García -su padre gestiona en el municipio un hotel- y amante del entorno burebano, pretende iniciar una gira con la obra Peribáñez y el comendador de Ocaña, de Lope de Vega, por varias localidades de la comarca. Briviesca, Poza de la Sal, Frías, Oña, Busto... «todas ellas desprenden un encanto especial y no necesitan de un decorado más allá de la belleza de sus calles», manifiesta el madrileño.

La «locura de meterse de lleno» en este proyecto, que logró el reconocimiento como espectáculo revelación en el IV Festival Internacional Fiesta Corral Cervantes de Madrid este verano, implica la necesidad de los seis artistas que conforman el elenco de recuperar el espíritu de los cómicos de antaño con emoción, risa, llanto y un grito a la vida. «Dicen que para crear un paraíso hace falta una mariposa, una abeja, un sueño y una pregunta... ¿Por qué no dirigir Peribáñez y el comendador de Ocaña?», respondió ante la petición de un viejo amigo de dirigir la escenificación. «El sueño se traduce en viajar con una maleta y un puñado de versos. A la mariposa y a la abeja las cambiamos por los públicos del mundo. Y así comenzó todo... Así empezamos a construir nuestro paraíso», expone el director.

Propuso la «descabellada» idea de crear una formación en pleno estado de alarma a su compadre de tablas, Borja Floü, con el que además de compartir teatros y camerinos, recreó varios pasajes del terror en La posada del obispo, el alojamiento de su progenitor, y algún que otro cabaret. «El germen de todo lo que se ha formado ahora surgió en las celebraciones de Halloween, que tanto éxito cogieron en la zona», aclara Hidalgo, consciente que entre estas pequeñas poblaciones hay movimiento y es conocedor en primera persona de que a «su gente la apetece desconectar de la monotonía» del día a día. La incertidumbre que rodea a la covid-19 impide que al capitán del grupo marque una fecha para dar a conocer su trabajo en La Bureba, pero confía en mostrarlo de cara al próximo verano.

La función juega con la temporalidad absoluta y el poder del simbolismo. No requiere de un atrezo especial, por lo que puede representarse en cualquier lugar. «Abrimos las maletas y la diversión está asegurada en una plaza, un jardín o un auditorio», garantiza el actor. Durante los 75 minutos de duración, a cada escena la acompaña música en directo, que refuerza las acciones de los intérpretes y entretiene al público. Asimismo, un pintor plasma la escenografía en directo en lienzos y papeles, que a posteriori se regalan o venden.

Lope de Vega habla de una miseria y de una pobreza tanto material como espiritual en el trabajo.  Quería dar voz a una sociedad maltratada y condenada y «estos pretextos me empujaron a viajar entre sus palabras y a entender que la sociedad actual tiene bastante en común con la del siglo XVII», declara.

La pandemia ha desvelado la brutal desigualdad que condiciona el acceso al universo cultural pero estos seis amantes de la interpretación no tirarán la toalla porque ahora más que nunca su público les necesita.