Me dice mi ahijada que estos artículos deberían tener el título de "lo que me saca de mis casillas" o "lo que me remueve las tripas". Y puede que tenga razón, porque ahora sí hay algo que, efectivamente, me ha está poniendo de los nervios: la LOMLOE. Y, además, por los motivos habituales, esos que normalmente me hacen refunfuñar: las agresiones a nuestra lengua y los excesos burocráticos.
Ya saben que me indigna el abuso de anglicismos en nuestra lengua en los últimos tiempos. Pues bien, nuestras altas mentes im-pensantes, con la excusa de que el formato viene de Europa, han tomado para esta ley las siglas prestadas del inglés: entre las innumerables competencias hay una denominada STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), en vez de CTIM, que sería lo lógico en castellano (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Y no vale la excusa de que "estem" (con esa ese líquida que invariablemente convertimos en es-) es más fácil de pronunciar que "cetim" y más cuando ya tenemos desde hace tiempo una asignatura en siglas llamada "cetemea". Parecería que nos ahorramos energía con las siglas en inglés; pero ¿qué mensaje les estamos enviando a nuestros alumnos sobre el esfuerzo?, ¿y qué les decimos de nuestra lengua al priorizar la formación de términos nuevos (e innecesarios) a partir de estructuras en inglés? Una ley educativa que no defiende su propia lengua puede que sea ley, pero, desde luego, de educativa tiene muy poco. ¿O acaso piensan también nuestros ideólogos que el inglés es mejor que el castellano? A estas alturas de la película -después de ocho leyes en menos de treinta años-, ya me espero cualquier cosa.
En una de esas leyes ya tuvimos que sufrir el insoportable inglés de la expresión "estándares" (así, adaptado directamente del inglés) de aprendizaje. Y los diseñadores de la ley se quedaron tan campantes. Está claro que el castellano se la trae al fresco, les importa un pimiento, no les concierne…
Dejo los excesos burocráticos para otra ocasión. Y, si no quieren esperar, busquen en las redes: hay miles de quejas de profesores ante la absurdez de esta ley.