Aislados pero unidos, retratos de un confinamiento

R. PÉREZ BARREDO
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El fotógrafo David Palacín, afincado en Burgos, genera una obra común a partir de retratos de artistas y gente anónima durante la cuarentena: somos iguales y estamos unidos para derrotar al virus

Boceto del proyecto ‘La Humanidad’. - Foto: David Palacín

Ni el aislamiento, ni el confinamiento, ni la angustia, ni el miedo son un freno para los espíritus más creadores, para esas mentes en las que bulle siempre la inquietud, el afán por tratar de ganarle el pulso a cualquier realidad, por más que esta, como ahora, sea oscura y se antoje tan larga como un túnel. Para eso existe la luz, el ánimo y el talento. Virtudes que atesora el fotógrafo David Palacín, que ha hecho de este obligado encierro materia de un proyecto con el que pretende, además de dar rienda suelta a su ingenio, contribuir a combatirlo. Su ingente red de contactos, que trasciende el ámbito local (se codea con músicos, actores, músicos y deportistas de los que llenan teatros, cines y estadios por todo el mundo) está respondiendo a su propuesta: está pidiendo que le envíen retratos de su confinamiento. Con todo ellos, que serán muchos, va a desarrollar un gran proyecto artístico. Una creación que aspira a ser metáfora de un tiempo histórico, de un momento en el devenir de la existencia de quienes ahora habitamos este planeta del que no saldremos siendo los mismos. 

«Es un proyecto global con el que pretendo generar una obra común con personas de todo el mundo. En este momento en el que todos estamos confinados, y muchos lo estamos solos, se da la paradoja de que todos estamos unidos en la misma lucha, queriendo vencer esta pandemia de la única manera posible, todos con el mismo arma: quedándonos en casa», explica el artista burgalés. Con todos esos retratos, Palacín creará una sola obra que bien podría subastarse a través de una galería o venderse en formato A-3 por un precio de 25 euros, destinando el dinero obtenido por ella a combatir el malhadado virus que está condicionando todos los perfiles de nuestra vida. En este sentido, quienes quieran colaborar podrán hacerlo desde ahora escribiendo a Palacín (davidpalacin@gmail.com) e ingresando el dinero en el número de cuenta de la asociación Nanga Deff Gorée del artista -ES16 2100 3563 7821 1509 7511- dando el nombre y apellidos; cuando se recupere la normalidad, quienes han contribuido podrán recoger la obra perfectamente rematada en la tienda Cyan Fotografía (calle Cristóbal Colón, número 9) que regenta Óscar Doncel, que siempre colabora con el artista. «No será una obra mía, sino de todos los que en ella participen. El concepto es ese: contar que estamos encerrados, aislados y solos pero más unidos que nunca».

Está en pleno proceso, porque este es un proyecto en el que no se ha puesto límites ni topes, como si así desafiara a la realidad que ahora constriñe nuestra cotidianidad haciendo volar la imaginación: cada día le llegan desde todos los rincones esas fotos que él pasa por el filtro de su genio, ese ‘estilo Palacín’ que hace tan únicas y especiales sus fotografías. «Voy preparando los retratos, trabajando con ellos y haciendo el montaje según los voy recibiendo. Cada día me llegan unos cuantos». Lo hace David Palacín con mimo, con el tacto que exige trabajar con un material tan sensible en un momento en el que las emociones son una montaña rusa.

Autorretrato del artista. Autorretrato del artista. - Foto: David Palacín

Galería de todos. En esa galería de confinados unidos que está preparando Palacín hay personajes conocidos por todos, pero también anónimos para el público en general. Con ello, el fotógrafo quiere proyectar la idea, a modo de metáfora, de que siempre, y también en una crisis como esta, todos somos iguales, todos estamos cerca, todos estamos juntos y unidos por un fin común: derrotar a ese enemigo invisible de corazón sombrío que está sembrando de muerte, miedo e inquietud una sociedad que se creía intocable, segura y confiada. 

Y qué mejor que hacerlo a través de la luz de unos retratos que nos mirarán,que  se mirarán y fusionarán entre sí, y que mirarán al mundo con la entereza y la fuerza de un grito común.Quizás por eso Palacín ha escogido el mejor título posible para este proyecto tan singular.

Se llamará ‘Humanidad’.