Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


Ya son ganas

25/10/2021

El pasado jueves, el concejal Julio Rodríguez-Vigil se fue justo antes de que lo echasen. Él no lo dijo así, claro. Dio una rueda de prensa en la que, como las estrellas del rock cuando disuelven su grupo, afirmó más o menos que lo dejaba por diferencias artísticas pero que deseaba lo mejor a sus compañeros. 

Cuando alguien suelta un discurso de ese pelo, ya sea músico o edil, calla las toneladas de basura que se alojan bajo la alfombra. En este caso, el responsable de Licencias, al parecer, las tenía de todos los colores con los técnicos, aunque el detonante de su cese encubierto ha sido su presunto trato de favor a un hostelero.

Como es sabido, si uno es concejal, diputado o similar el puesto es suyo. Se presenta por un partido pero el silloncete le pertenece, y si se mosquean con él le pueden expulsar del grupo o quitar las responsabilidades que ejerza, pero no la butaca. Rodríguez-Vigil lo ha tenido presente y ha dicho que se queda en el Ayuntamiento como no adscrito, es decir, como concejal a su bola. 

Qué quiere que le diga, ya son ganas. Tal vez se lleve algo de pasta por asistir a los plenos y las comisiones, a las que supongo irá a muchas porque está él solo, pero no compensa. En esas mismas reuniones puede que nadie se quiera sentar a su lado, no podrá comentar la última victoria del Burgos, nadie le preguntará si tiene planes para el fin de semana e incluso, si se olvida el boli en casa, tal vez ningún otro concejal quiera prestarle el suyo. Está claro que no le van a hacer la ola, ni los suyos ni los otros. ¿No sería más sencillo largarse y que se olviden de uno, y sus presuntos marrones, cuanto antes?

El edil ha defendido esta postura argumentando que «desde la oposición» seguirá luchando por los «intereses de los burgaleses el resto del mandato». Aseguró, sin reírse ni nada, que confía «en representar a  ese espectro de votantes de centro liberal que no se identifican con las políticas de Ciudadanos». Esta última afirmación no deja de ser curiosa, porque con su actitud está siendo más Ciudadanos que nadie: yendo de un lado a otro (y de vuelta) como pollos sin cabeza. Recordar que este partido quiso gobernar con PP y Vox habiendo quedado tercero y no lo consiguió; estuvo en la oposición, ahora en el gobierno municipal con el PSOE y todavía quedan dos años de mandato y sorpresas. Tal vez Rodríguez-Vigil es solo un adelantado de lo que viene aunque, insisto, ya son ganas. 

Salud y alegría.