Roberto Peral

Habas Contadas

Roberto Peral


Churripi

03/10/2022

Ya pueden los demás hacerse lenguas de la crisis sentimental de la marquesa de Griñón, espantarse del triunfo de la ultraderecha en Italia o contender sobre la pertinencia del impuesto sobre el patrimonio en nuestro sistema fiscal, que para muchos burgaleses no hay estos días noticia de mayor trascendencia que todas esas marcas de imbatibilidad que está pulverizando el portero del equipo local de fútbol, José Antonio Caro (Churripi para los amigos), a quien nadie ha sido capaz de meter un gol en las primeras ocho jornadas disputadas hasta ahora en Segunda División. La trama, como casi siempre ocurre, tiene su reverso, y es que el Burgos, afanado en proteger la virginidad de su portería, no se ha prodigado precisamente en las áreas rivales, al punto de que también se ha convertido en el equipo menos realizador de la categoría. Tan solo ha logrado marcar dos goles, lo que le confiere, de paso, un récord añadido, este referido al rendimiento de su producción ofensiva: los blanquinegros han obtenido un beneficio de seis puntos por cada gol anotado en este primer tramo de la competición liguera.

A diferencia de lo que le ocurre a la tropa que dirige Julián Calero, la rentabilidad, ya sea en términos económicos como sociales, no parece ser una virtud de la que pueda presumir el flamante y carísimo AVE que Burgos estrenó con honores de prodigio hace un par de meses: además de que el billete a Madrid cuesta una pasta que no está ni mucho menos al alcance de todos, las máquinas de alta velocidad están sufriendo averías y retrasos similares a los que lastraban el servicio ferroviario de toda la vida de Dios, lo que se está traduciendo en una tasa más que modesta de viajeros. En su defensa cabe aducir que nunca alcanzará los niveles de improductividad que registra otra infraestructura de la que la ciudad se ufanaba hace no tanto, el aeropuerto de Villafría, que lleva diez meses sin operaciones comerciales y en el que, según una reciente denuncia de Greenpeace, el Ayuntamiento ha enterrado 1,2 millones de euros al año desde 2018 para subvencionar vuelos no rentables.

Así las cosas, muchos piensan que no estaría mal que la sociedad burgalesa intentase fichar al bueno de Churripi para la próxima temporada, y que dejasen de meternos goles de una santa vez.